MADRID, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
La alimentación por sonda nasogástrica en pacientes con demencia avanzada y grandes dificultades para tragar "no ha demostrado científicamente" ofrecer beneficios en mejorar el estado nutricional, ni prolongar la supervivencia o mejorar la calidad de vida en dichos pacientes, y puede producir incomodidad al enfermo y riesgos como la aspiración pulmonar del alimento, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
Así se han manifestado en un comunicado en relación a los casos de personas con enfermedad de Alzheimer avanzada que presentan
dificultades para la deglución, y en concreto a Guillermina Freniche, una mujer de 78 años en estado de Alzheimer avanzado sometida a nutrición por sonda nasogástrica por orden judicial.
La SEGG considera la utilización de sonda nasogástrica en este contexto "un tratamiento fútil", y no recomienda su uso. En cuanto a la orden judicial, indican que las decisiones de alimentación en estos pacientes "deben realizarse de manera cuidadosa en cada caso individual, considerando los conocimientos científicos mencionados, los valores y preferencias que la persona pudo haber expresado durante su vida y la opinión de las principales personas cuidadoras".
"Idealmente, la decisión de colocar o no una sonda nasogástrica debería realizarse de forma consensuada entre los familiares y/o el tutor legal del paciente y el personal sanitario responsable de sus cuidados, valorando todos los aspectos mencionados. El debate que incluye las dudas, inquietudes y miedos que estas decisiones generan en las fases últimas de la vida es necesario y recomendable", apuntan.
En cualquier caso, señalan que, al igual que con otros tratamientos paliativos o decisiones médicas, la decisión de implantar una sonda nasogástrica "no es definitiva". "Su continuidad o no debe ser reevaluada continuamente según la evolución del paciente", concluyen.