MADRID, 14 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Iniciativa de la Salud de la Mujer (WHI, por sus siglas en inglés) ha analizado las formulaciones más comunes de la terapia hormonal --estrógeno y progestina, y estrógeno solamente-- en mujeres menopáusicas y han constatado que su uso no eleva el riesgo de mortalidad general ni por enfermedades cardiovasculares.
El estudio, cuyos resultados publica la revista 'JAMA', ha sido liderada por investigadores del Hospital Brigham and Women de Boston (Estados Unidos) y examinó las tasas a largo plazo de muerte por todas las causas y las tasas de muerte de causas específicas, cáncer y otras enfermedades importantes durante un seguimiento de 18 años entre 27.347 mujeres de los dos ensayos sobre terapia hormonal de WHI.
En el estudio general de mujeres de 50 a 79 años, los autores no encontraron aumento o disminución en la mortalidad total o muertes por enfermedad cardiovascular, cáncer u otras patologías importantes en los ensayos de terapia hormonal aleatorizados.
"La mortalidad por todas las causas constituye una medida sumamente importante para una intervención como la terapia hormonal que tiene una compleja matriz de beneficios y riesgos", declara la autora principal JoAnn Manson, jefa de la División de Medicina Preventiva de BWH. "Las tasas de mortalidad son la última 'línea de fondo' al evaluar el efecto neto de un medicamento sobre los resultados de salud graves y potencialmente mortales", añade.
Se sabe que la terapia hormonal es eficaz para reducir los sofocos y los síntomas de la menopausia y disminuir el riesgo de fracturas de la cadera y otras, pero también ha estado relacionada con riesgos como coágulos sanguíneos venosos, accidentes cerebrovasculares y ciertos tipos de cáncer. "En este nuevo análisis, encontramos que no había asociación entre la terapia hormonal y la mortalidad por todas las causas durante el periodo de tratamiento o el seguimiento a largo plazo de estos ensayos", resalta Manson.
Los investigadores utilizaron datos de los dos ensayos que incluyeron mujeres posmenopáusicas con una edad promedio de 63 años al momento de la inscripción y exploraron el efecto del tratamiento durante un periodo de cinco a siete años y 18 años de seguimiento acumulativo. Entonces, definieron el impacto de hormonal sobre las tasas de mortalidad por grupo de edad. Durante el seguimiento, se produjeron 7.489 muertes, más del doble de muertes que se incluyeron en informes anteriores que tenían periodos de seguimiento más cortos.
HALLAN UNA TENDENCIA A MENOR MORTALIDAD EN LAS MUJERES MÁS JÓVENES
Cuando se examinaron por grupos de edad de diez años, los resultados de mortalidad fueron más favorables entre las mujeres más jóvenes que recibieron terapia hormonal en comparación con las mujeres mayores que también recibieron la terapia. Durante entre los cinco a siete años de tratamiento, las tasas de mortalidad entre las mujeres de 50 a 59 años tienden a ser aproximadamente un 30 por ciento más bajas entre las mujeres que recibieron terapia hormonal frente a las mujeres de la misma edad que recibieron placebo.
Sin embargo, entre las mujeres que iniciaron la terapia hormonal en sus 60 y 70 años, no se observó ningún efecto sobre la tasa de mortalidad. Después de 18 años, que incluyeron 10-12 años de seguimiento tras dejar la terapia hormonal, las diferencias por grupo de edad disminuyeron y ya no eran estadísticamente significativas. Durante este prolongado tiempo de seguimiento, las tasas de mortalidad global y las muertes por enfermedad cardiovascular y cáncer no subieron ni disminuyeron entre las mujeres que recibieron terapia hormonal.
El equipo de investigadores también encontró que las muertes por enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia fueron significativamente menores con estrógeno solo que con placebo durante 18 años de seguimiento, pero el uso de estrógeno más progestina no se vinculó con la mortalidad por demencia.
"Observamos una tendencia hacia la reducción de la mortalidad en las mujeres más jóvenes (50-59 años) que recibieron terapia hormonal y los efectos neutrales en las mujeres mayores (en sus 60 y 70 años) que recibieron terapia hormonal. Estos resultados proporcionan apoyo a las directrices clínicas que recomiendan el uso de la terapia hormonal para las mujeres recientemente menopáusicas para gestionar síntomas menopáusicos como los menopáusicos bochornos y otros.
"No obstante, los resultados no proporcionan apoyo para el uso de la terapia hormonal con el fin de prevenir enfermedades cardiovasculares u otras patologías crónicas --aclara Manson--. En la toma de decisiones clínicas, estas consideraciones deben sopesarse en relación al impacto de los síntomas no tratados de la menopausia que experimentan las mujeres, incluyendo deterioro de la calidad de vida, interrupción del sueño, reducción de la productividad laboral y aumento de los gastos de atención de salud".
Los ensayos de terapia hormonal de WHI trataron los beneficios y riesgos de las formulaciones más comunes de la terapia hormonal utilizadas al inicio del estudio. Es importante señalar que, en la práctica clínica actual, se dispone de dosis más bajas, diferentes formulaciones y nuevos métodos de administración (como parches cutáneos, geles o aerosoles) de la terapia hormonal común. Por ello, los investigadores consideran que hacen falta más estudios sobre los beneficios a largo plazo y los riesgos de estos nuevos tratamientos.