MADRID 22 Ene. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Facultad de Medicina Lewis Katz de la Universidad de Temple han comprobado que las proteínas chaperonas farmacológicas podrían desempeñar un papel fundamental en la terapia del Alzheimer, según publican en la revista 'Molecular Neurodegeneration', donde describen una nueva chaperona farmacológica capaz de prevenir el Alzheimer en animales propensos a desarrollar la enfermedad.
Las proteínas que comienzan a perder su forma se vuelven pegajosas y tienden a agruparse. Cuando esto sucede, en lugar de ser transportadas a puntos de reciclaje dentro de las células, las proteínas viejas o disfuncionales quedan atrapadas dentro de los compartimientos celulares. A veces se acumulan hasta el punto de que se apelmazan en la maquinaria celular, causando problemas importantes.
Afortunadamente, las células están equipadas con maquinaria molecular que detecta proteínas defectuosas, las clasifica y luego las elimina o las estabiliza, evitando que se acumulen y causen daños. En los últimos años, los científicos han desarrollado pequeñas moléculas de fármacos, conocidas como chaperonas farmacológicas, que pueden ayudar en este proceso.
El estudio es el primero en mostrar que un fármaco chaperón farmacológico puede interrumpir eficazmente los procesos anormales que dañan las neuronas en el cerebro, alimentan la pérdida de memoria y, en última instancia, dan lugar a la enfermedad de Alzheimer.
"Nuestro fármaco chaperón restauró específicamente los niveles de una molécula clasificadora conocida como VPS35, que ayuda a mover las proteínas fuera de los endosomas, compartimentos dentro de las células donde las proteínas se clasifican para su degradación", explica el doctor Domenico Pratic, presidente de la Fundación benéfica Scott Richards North Star para la investigación sobre el Alzheimer, profesor de los departamentos de Farmacología y Microbiología, y director del Centro de Alzheimer de Temple en la Escuela de Medicina Lewis Katz.
El tráfico de proteínas desde los endosomas a la membrana celular u otro compartimento celular conocido como el aparato de Golgi es fundamental para la función celular normal. El VPS35 es de particular importancia para este sistema de tráfico, ya que separa las proteínas viejas y disfuncionales y las envía al reciclaje.
En trabajos anteriores, el doctor Pratic y sus colegas descubrieron que VPS35 limpia activamente el cerebro de proteínas potencialmente dañinas como la beta amiloide y la tau. Sin embargo, en la enfermedad de Alzheimer, los niveles de VPS35 se reducen.
Esta reducción está asociada con la formación de enredos de tau dentro de las neuronas, así como con la acumulación de beta amiloide fuera de las neuronas. Finalmente, estos depósitos de proteínas anormales interrumpen la actividad neuronal y contribuyen a los trastornos neurodegenerativos, incluida la enfermedad de Alzheimer.
En el nuevo estudio, los investigadores investigaron los efectos de una chaperona farmacológica en la clasificación de proteínas en ratones diseñados para desarrollar la enfermedad de Alzheimer a medida que envejecen. Los ratones fueron tratados desde una edad temprana, antes de que comenzaran a mostrar signos de enfermedad. A medida que los animales crecieron, se les realizó una prueba de efectos en la memoria y el aprendizaje.
El equipo del doctor Pratic descubrió que, en comparación con los ratones no tratados destinados a la enfermedad de Alzheimer, los animales tratados tenían una memoria mucho mejor y se comportaron igual que los ratones normales o de tipo salvaje.
Cuando los investigadores examinaron las neuronas de los ratones tratados, observaron disminuciones significativas en los ovillos de tau, así como disminuciones en las placas de beta amiloide, otro tipo de agregado de proteínas que contribuye a la enfermedad de Alzheimer.
Los investigadores notaron además que los niveles de VPS35 fueron restaurados y las uniones donde las neuronas se unen para intercambiar información, conocidas como sinapsis, fueron completamente funcionales después de la terapia farmacológica de chaperonas.
"En relación con otras terapias en desarrollo para la enfermedad de Alzheimer, las chaperonas farmacológicas son económicas y algunas de estas drogas ya han sido aprobadas para el tratamiento de otras enfermedades", señala el doctor Pratic.
"Además, estos medicamentos no bloquean una enzima o un receptor, sino que se dirigen a un mecanismo celular, lo que significa que hay un potencial mucho menor de efectos secundarios --añade--. Todos estos factores se suman al atractivo de perseguir los fármacos chaperones como novedosos tratamientos para el Alzheimer".
Sin embargo, antes de pasar a ensayos en pacientes humanos, el doctor Pratic planea investigar a continuación los efectos de la terapia farmacológica de chaperona en ratones mayores. "Debido a que nuestra investigación más reciente fue un estudio preventivo, queremos saber ahora si esta terapia también podría funcionar como un tratamiento para pacientes ya diagnosticados con la enfermedad de Alzheimer", concluye.