MADRID, 4 Feb. (INFOSALUS) -
El uso de anticonceptivos ha aumentado en muchas partes del mundo, especialmente en Asia y América Latina, pero sigue siendo bajo en al África subsahariana; mientras a escala mundial, el uso de anticonceptivos modernos ha aumentado ligeramente, según los datos de la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, un reciente estudio deja en evidencia la capacidad de la mujer para decidir si quiere embarazarse.
La investigación muestra que 15 millones de los 16,7 millones de embarazos no deseados al año podrían evitarse en 35 países de bajos y medianos ingresos si las mujeres tuvieran la oportunidad de utilizar métodos anticonceptivos modernos, según calcula un estudio que se aplica a cerca de un tercio de la población mundial y cuyos resultados se publican en la edición digital de este miércoles de 'Human Reproduction'.
Los métodos anticonceptivos se clasificaron como moderno, tradicional o no uso de ninguno de ellos. Los métodos modernos incluyen los anticonceptivos orales combinados, píldoras con progestágeno, implantes anticonceptivos inyectables, dispositivos intrauterinos, preservativos masculinos y femeninos, la esterilización y el método de amenorrea de la lactancia. Los métodos tradicionales incluyen métodos de abstinencia y de calendario, tratando de regular las relaciones sexuales fuera del periodo fértil del ciclo menstrual de la mujer.
Los autores señalan que las mujeres que se quedan embarazadas involuntariamente en estos países pueden enfrentarse a un duro futuro, incluyendo la muerte, la enfermedad, la discapacidad o menores oportunidades educativas o laborales. Además, muchos de los embarazos no deseados terminan en abortos inducidos. La carga de embarazos no deseados es más fuerte en los países pobres y con menos formación.
Los investigadores compararon el uso de anticonceptivos entre 12.874 mujeres que quedaron embarazadas sin desearlo con 111.301 mujeres sexualmente activas que no estaban embarazadas ni querían estarlo. Recogieron la información mediante el uso de encuestas demográficas y de salud, que están estandarizadas a nivel mundial e implican a entrevistadores entrenados que realizaron las preguntas cara a cara con las mujeres en 49 países de bajos y medianos ingresos entre 2005 y 2012.
También se pidió a las mujeres que dieran una razón principal para no usar anticonceptivos. Los científicos encontraron que el uso de los métodos tradicionales de anticoncepción se asoció con un aumento de 2,7 veces en el riesgo de un embarazo no deseado cuando se compara con el uso de métodos modernos. La no utilización de cualquier sistema se relacionó con un aumento de 14,5 veces.
Los datos de 35 de estos países, que van desde Armenia a Zimbabwe, estaban disponibles para el análisis, y un promedio del 96 por ciento de mujeres elegibles de 15 a 49 años de edad participó en la encuesta. Utilizando los datos, los científicos calcularon los embarazos no deseados de los países estudiados y la proporción que se atribuyó a no usar los métodos anticonceptivos modernos.
Estos incrementos correspondieron a un estimado de 16,7 millones de embarazos no deseados cada año en los 35 países, de los cuales 15 millones se podrían haber evitado con el uso correcto de anticonceptivos modernos (13,5 millones de mujeres no usaban métodos modernos y 1.500.000 empleaban métodos modernos de forma incorrecta).
MENOS USO EN LOS PAÍSES MÁS POBRES
Las mujeres más pobres y menos instruidas eran las menos propensos a utilizar un método anticonceptivo moderno. Entre las 14.893 mujeres que no usaban anticonceptivos y no deseaban quedar embarazadas, la principal razón para justificar la falta de uso era el miedo a los efectos secundarios y problemas de salud. Un total de 5.559 mujeres (37 por ciento) dieron esta razón, y, curiosamente, esta respuesta se distribuye uniformemente entre las mujeres de todas las categorías de riqueza, aunque la mayoría de ellas (67 por ciento) no había completado la educación secundaria.
El desacuerdo fue citado por 3.331 mujeres (22,4 por ciento); 2.620 mujeres (17,6 por ciento) subestiman el riesgo de embarazo, 516 (2,4 por ciento) mencionaron el coste y el mismo número dijo que no sabía cómo obtener anticonceptivos modernos.
"Deben ponerse en marcha estrategias nacionales para hacer frente a los problemas de salud sin fundamento, el miedo a los efectos secundarios, el desacuerdo y la subestimación del riesgo de embarazo. Deben complementarse con la anticoncepción de buena calidad que está disponible y asequible", señala uno de los autores del estudio, Howard Sobel, coordinador regional de la División de la Salud Reproductiva, Materna, del Recién Nacido, del Niño y del Adolescente en la Oficina Regional del Pacífico Occidental de la Organización Mundial de la Salud.