MADRID 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
El análisis de un manuscrito de 500 años de antigüedad proporciona pruebas directas del uso de fajas durante el parto. Se cree que se utilizaban en la sociedad medieval para proteger a la portadora durante el embarazo y el parto, momentos peligrosos para las mujeres, según publican los investigadores en la revista 'Royal Society Open Science'.
La maternidad en la Europa medieval fue una época muy peligrosa con riesgos considerables tanto para la madre como para el bebé. Las dificultades que surgen durante el parto o por una infección posparto, el prolapso uterino u otras complicaciones causaban un alto número de muertes de mujeres.
La Iglesia de la Prerreforma en Inglaterra ofreció numerosos talismanes o reliquias a las mujeres embarazadas que esperaban un parto seguro. El más citado de estos artículos prestados por los monasterios a sus feligresas es una faja de parto.
Las fajas de parto estaban hechas de diferentes materiales (incluida la seda, el papel y el pergamino), pero muchas fueron destruidas después de la reforma y pocas sobreviven en la actualidad.
Aunque los registros indican el uso de estas fajas y otros remedios, hay muy poca evidencia de primera mano de las propias mujeres medievales sobre el tratamiento o las complicaciones de sus propios cuerpos durante el parto.
Un equipo de investigadores dirigido por la doctora Sarah Fiddyment, del Instituto McDonald de Investigación Arqueológica de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, ha publicado los resultados de sus análisis biomoleculares de una de esas fajas de parto de pergamino medieval, la MC.632 (c. 1500) de la Wellcome Collection.
La doctora Fiddyment explica que, "aunque se cree que estas fajas de parto se usaron durante el embarazo y el parto, como su nombre lo indica, no ha habido evidencia directa de que realmente se usaran. Muchas contienen oraciones para la protección general del individuo, pero esta faja también contiene oraciones muy específicas para proteger a la mujer en el parto y hace referencia a varios santos también relacionados con la mujer y el parto".
"Esta faja es especialmente interesante ya que tiene evidencia visual de haber sido usada y desgastada, ya que algunas de las imágenes y la escritura se han desgastado con el uso y tiene muchas manchas e imperfecciones", resalta.
Fiddyment reconoce que no se sabe cómo se usaron las fajas, "pero hay sugerencias debido a la dimensión del objeto (largo y estrecho), que se usaban físicamente como un cinturón de castidad o una faja, para ayudar a sostener a las mujeres embarazadas tanto física y espiritualmente".
"Utilizamos el análisis de proteínas para ver si podíamos detectar qué proteínas podrían estar en estas manchas o en la faja en general --prosigue--. Hemos podido detectar un gran número de proteínas humanas que coinciden con el fluido cervicovaginal y que indicarían un uso activo de la faja en el embarazo/parto".
"Además, detectamos numerosas proteínas no humanas, incluidas la miel, la leche y las plantas, que se han documentado en textos medievales como tratamientos relacionados con el embarazo y el parto, lo que refuerza nuestra evidencia del uso activo de esta faja de nacimiento en particular", añade.
Todos estos ingredientes se han documentado en tratados médicos medievales que se utilizan para tratar a las mujeres durante el embarazo y el parto. Fiddyment agrega que "el hecho de que hayamos podido detectar estas proteínas no humanas adicionales específicas refuerza aún más la evidencia de que esta faja se usó activamente al final del embarazo y el parto, y también brinda evidencia de apoyo de que estos tratamientos documentados se usaron realmente".
Este estudio es el primero en informar el análisis proteómico de un documento de pergamino histórico utilizando una técnica de muestreo no invasiva (eZooms) desarrollada previamente para la identificación de especies de pergamino.
Al comentar sobre los métodos utilizados, el autor principal, el profesor Matthew Collins, también del Instituto McDonald, explica que "se tomaron muestras no invasivas de la superficie del pergamino en áreas teñidas y no teñidas utilizando borradores de PVC, un método con el que Sarah Fiddyment tropezó cuando trabajaba en el estudio de conservación. Este trabajo destaca aún más el papel de la proteómica dentro del nuevo campo de la biocodicología", resalta.