MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
El 59 por ciento de las mujeres tiene en cuenta los efectos de los productos menstruales sobre el medio ambiente, según una encuesta de Intimina realizada a 2.000 mujeres de entre 18 y 45 años con motivo del Día de la Tierra, que se celebra este jueves.
Se estima que una mujer utiliza más de 12.000 productos de higiene menstrual desechables a lo largo de toda su vida y alrededor de 20.000 millones acaban en los vertederos cada año. Estos datos han hecho que las mujeres de todo el mundo vayan cambiando sus hábitos de higiene menstrual y se pasen a alternativas reutilizables más respetuosas con el medio ambiente, como las copas menstruales.
En la encuesta, el 72 por ciento de las participantes dijo que consideraba que su estilo de vida era sostenible, es decir, que intentaba tomar decisiones para reducir su impacto medioambiental. A la hora de comprar y utilizar productos menstruales como compresas y tampones, más de la mitad de las encuestadas tiene en cuenta los efectos sobre el medio ambiente y la cantidad de residuos que suponen estos productos.
Sin embargo, casi 7 de cada 10 encuestadas desconoce la cantidad de productos menstruales desechables que utilizan a lo largo de su vida. Aun así, casi la mitad probó productos menstruales más sostenibles, y el 63 por ciento eligió una copa menstrual u otros productos reutilizables.
Cuando se les pidió que nombraran las razones por las que se inclinarían a cambiar a una copa menstrual, eligieron múltiples motivos. En primer lugar, el mayor ahorro económico (48%), pues una copa menstrual puede durar hasta 10 años, minimizando en un 75 por ciento los gastos en el cuidado de la regla.
El segundo motivo era una mayor comodidad (39%), ya que no suponen ninguna molestia y puede utilizarse hasta 8 horas sin vaciarla. Las encuestadas también destacaron una mayor seguridad (38%), ya que las copas menstruales son una opción saludable porque están hechas de silicona de grado médico, mientras que la mayoría de las compresas y tampones contienen productos químicos y plásticos.
Finalmente, el último motivo es que son más sostenibles (38%). Las copas son reutilizables, lo que permite reducir los residuos menstruales y marcar una gran diferencia a nivel medioambiental.