HUELVA 19 Mar. (EUROPA PRESS) -
La nutricionista del Hospital Quirónsalud Huelva, Jerusalén Antúnez, ha destacado la "importancia" de los cuidados que la mujer gestante ha de considerar de "manera continuada", buscando "una ingesta adecuada de micro y macronutrientes y abandonando el mito de que 'hay que comer por dos'".
Según ha indicado el hospital en una nota de prensa, la especialista ha señalado que es "importante" el estado nutricional de la madre previo a la concepción, ya que "puede condicionar la embriogénesis y salud del embrión y posterior feto". "Con lo cual, en el caso de querer concebir, se recomienda cumplir una alimentación sana y equilibrada", ha señalado.
De este modo, la nutricionista ha señalado que durante el primer trimestre, "gran parte de las mujeres embarazadas experimentan náuseas y vómitos", por lo que, en esos casos, "el consejo es comer alimentos en pequeñas porciones, limitar el consumo de alimentos grasos, priorizar los hidratos de carbono de lenta absorción (patatas, pan, arroz) y mantenerse hidratada durante todo el día mediante ingestas pequeñas de agua".
Al inicio del segundo trimestre, "normalmente el estado general de la mujer mejora", pero suele aparecer el estreñimiento, asociado al aumento de la progesterona. "En estos casos se hace imprescindible aumentar el consumo de fibra, agua y apostar por realizar mayor ejercicio físico, siempre respaldado por el especialista en obstetricia que siga el embarazo', ha apuntado Antúnez.
En esta fase de la gestación, al haber mayor crecimiento fetal se recomienda un aumento de nutrientes y de calorías. "Fundamentalmente el aumento debe ser referido a los nutrientes y no tanto al aporte calórico, es decir una dieta más nutritiva que calórica", recalca la nutricionista. No olvidar, que realizar una ingesta calórica excesiva "puede conducir a un aumento de peso en la madre y esto verse reflejado en el feto mediante recién nacidos macrosómicos, y diabetes Mellitus Gestacional (DMG) entre otras".
"Es igual de importante aclarar que una ingesta deficitaria que conduzca a un IMC bajo en el embarazo puede favorecer el crecimiento de niños con bajo peso (menores de 2,5 kg) con mayor riesgo de mortalidad perinatal y un posible desarrollo de enfermedades crónicas en la edad adulta", ha añadido.
Por ello, el cuidado de la nutrición en el embarazo y hasta las seis semanas posteriores al parto, "se basa en priorizar sobre todo la variedad de alimentos y el aumento en la frecuencia de consumo". Es decir, "consumir de todos los grupos alimenticios más veces al día, aunque sean cantidades más reducidas". La dieta fundamentalmente "debería basarse en alimentos proteicos (carne, pescado, huevos y legumbres); alimentos ricos en ácido fólico, en vitaminas antioxidantes como C y E, en calcio, en hierro y en zinc".
Los hidratos de carbono son "la principal fuente de energía" del feto por lo que se recomienda una ingesta de cuatro o cinco raciones por día por parte de la gestante. Las grasas y más concretamente los ácidos grasos esenciales (AGE), van a intervenir en el crecimiento plaquetario y fetal, y las proteínas, fundamentalmente las referidas a los pescados con un aporte adecuado, se evidencian a una menor frecuencia de síntomas depresivos después del parto.
Asimismo, hablando de micronutrientes como el hierro, su déficit "también se relaciona con futuras depresiones maternas". "El calcio como interviene en la mineralización ósea fetal, el zinc como defensa antioxidante y función neurológica e inmune y el yodo participa en la síntesis de las neuronas tiroideas", ha finalizado.