MADRID 16 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las tasas de incidencia del cáncer cervicouterino en la mayoría de los países siguen siendo muy superiores al umbral establecido por la OMS de 4 por 100.000 mujeres para considerarlo eliminado como problema de salud pública. Se estima que en 2020 habrá en todo el mundo más de 600.000 nuevos casos de cáncer cervicouterino y más de 340.000 muertes como consecuencia de ellos.
Según un estudio observacional publicado en la revista 'The Lancet Global Health', en 2020 se produjeron más de 600.000 nuevos casos de cáncer de cuello uterino y más de 340.000 muertes en todo el mundo. Aunque el cáncer de cuello uterino ha disminuido en muchas regiones del mundo en las últimas tres décadas -sobre todo en América Latina, Asia, Europa occidental y América del Norte-, la carga sigue siendo elevada en muchos países de ingresos bajos y medios.
El desarrollo de programas eficaces de vacunación y cribado contra el VPH ha hecho del cáncer de cuello uterino una enfermedad en gran medida prevenible. En 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció un objetivo para acelerar la eliminación del cáncer de cuello uterino como problema de salud pública, con el fin de reducir la incidencia por debajo de un umbral de cuatro casos por cada 100.000 mujeres al año en todos los países para 2030. Este estudio hace un seguimiento de los avances en las tasas de cáncer cervicouterino e identifica los países y regiones en los que es necesario redoblar los esfuerzos para alcanzar los objetivos de la OMS.
El doctor Deependra Singh, del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC)/OMS, en Francia, afirma que "la vacunación contra el VPH y las tecnologías de cribado hacen que el cáncer cervicouterino pueda prevenirse en gran medida. Nuestro estudio constata disminuciones alentadoras en algunos países de ingresos altos tras la implantación con éxito de programas de vacunación y cribado contra el VPH -como en Suecia, Australia y el Reino Unido-, pero a nivel mundial la carga sigue siendo elevada --asegura--. En todo el mundo, las mujeres deberían estar libres del riesgo de cáncer prevenible, y con el desarrollo de vacunas y cribados eficaces en los últimos 20 años, disponemos de las herramientas para que esto sea una realidad".
El estudio utilizó la base de datos GLOBOCAN 2020 de la IARC para estimar la carga de las tasas de incidencia y mortalidad por cáncer de cuello de útero en 185 países. Además, el estudio analizó la relación entre casos y muertes por cáncer de cuello de útero en relación con los niveles nacionales de desarrollo socioeconómico. Por último, los autores examinaron los datos de 1988 a 2017 para identificar las tendencias de aumento y disminución.
En 2020, las tasas de casos de cáncer de cuello uterino fueron de 13 por cada 100.000 mujeres al año y se produjeron siete muertes por cada 100.000 mujeres al año. Las tasas de incidencia en 172 de los 185 países seguían superando el umbral de cuatro casos por cada 100.000 mujeres al año establecido por la OMS para su eliminación.
Las tasas variaban significativamente entre países, con una diferencia de 40 veces en casos y 50 veces en muertes. Las tasas de casos oscilaban entre dos casos en Iraq y 84 casos en Eswatini por cada 100.000 mujeres al año; mientras que las tasas de mortalidad oscilaban entre una muerte en Suiza y 56 muertes en Eswatini por cada 100.000 mujeres al año.
Existía una desigualdad socioeconómica sustancial en el cáncer de cuello de útero a nivel mundial. Se observó un claro gradiente socioeconómico en la incidencia y la mortalidad, con tasas más elevadas en los países de menor desarrollo socioeconómico.
Al examinar los datos de tendencias de 1988 a 2017, los autores observaron importantes descensos de casos en algunos países de América Latina, como Brasil, Colombia y Costa Rica. Un patrón similar se observó en Asia en India, Tailandia y Corea del Sur, así como en Europa del Este en Polonia, Eslovenia y Chequia. Sin embargo, en la última década se han producido aumentos de casos en Europa del Este, en Letonia, Lituania y Bulgaria, y en África oriental, así como en los Países Bajos e Italia. Las razones de los recientes aumentos podrían incluir una mayor prevalencia del VPH entre las generaciones más jóvenes de mujeres y la falta de programas de cribado eficaces.
Los países con los mayores descensos medios de las tasas de incidencia por año fueron Brasil (8%), Eslovenia (7%), Kuwait (7%) y Chile (6%); mientras que los mayores aumentos de las tasas se registraron en Letonia (4%), Japón (3%), Irlanda (3%), Suecia (3%), Noruega (2%), Irlanda del Norte (2%), Estonia (2%) y China (2%).
La doctora Valentina Lorenzoni, de la Scuola Superiore Sant'Anna (Italia), alerta de que "los casos de cáncer de cuello de útero son muy superiores al umbral acordado por la iniciativa de la OMS para su eliminación en la mayoría de los países, lo que indica que aún queda mucho trabajo por hacer antes de 2030".
"Aunque la disminución de la intensidad del cribado debido a la pandemia de COVID-19 podría haber dejado un nuevo grupo de mujeres susceptibles, la pandemia también impulsó la introducción de las pruebas autoadministradas del VPH, ofreciendo nuevas posibilidades de aumentar la cobertura del cribado --prosigue--. Otros nuevos avances, como la ablación térmica para tratar el precáncer cervicouterino, el uso de teléfonos móviles para mejorar el seguimiento tras el cribado y el aprendizaje automático para mejorar la evaluación visual, también pueden utilizarse en entornos con pocos recursos para reducir las tasas de cáncer cervicouterino".
Por último, los autores señalan que las estimaciones se basaron en los mejores datos disponibles sobre el cáncer en cada país, pero advierten de que estos pueden ser incompletos o inexactos. Por ejemplo, los casos pueden parecer bajos en países en los que no existen programas de cribado eficaces o en los que se dispone de pocos datos de registros de cáncer basados en la población local.