MADRID 21 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un simple análisis de sangre podría ayudar a los médicos a identificar a las mujeres en trabajo de parto que corren riesgo de sufrir preeclampsia, una de las principales causas de muerte materna, y tomar precauciones para prevenirla, según una investigación presentada en la reunión anual ANESTHESIOLOGY 2024, celebrado en Filadelfia (Estados Unidos) por investigadores de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, Nueva York (Estados Unidos).
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, entre el 5% y el 10% de las mujeres embarazadas desarrollan preeclampsia, es decir cuando sufren presión arterial alta repentina y presencia de proteínas en la orina. Si bien la preeclampsia puede desarrollarse a partir de la semana 20 del embarazo, el estudio se centró en identificar a las mujeres que corrían riesgo de padecerla cuando fueron ingresadas en el hospital durante el trabajo de parto.
Los investigadores han determinado que los médicos pueden predecir el riesgo de que una mujer desarrolle preeclampsia calculando la proporción de dos proteínas sanguíneas (fibrinógeno y albúmina) que se miden en análisis de sangre rutinarios que se realizan cuando las mujeres en trabajo de parto ingresan al hospital. El fibrinógeno participa en la coagulación sanguínea y la inflamación, mientras que la albúmina ayuda a mantener el equilibrio de líquidos y transporta hormonas, vitaminas y enzimas por todo el cuerpo. Ambos pueden verse alterados en la preeclampsia: el fibrinógeno puede estar elevado, la albúmina puede estar reducida o pueden ocurrir ambos.
No existe un valor normal establecido universalmente para esta relación fibrinógeno-albúmina (FAR), que puede oscilar entre 0,05 y 1 o más. Los valores más altos de FAR suelen estar asociados con un aumento de la inflamación, infecciones o problemas de salud graves, y cuanto más alto sea el FAR, mayor es la preocupación. Esta tendencia se ha observado de forma constante cuando se utiliza el FAR para evaluar otras afecciones inflamatorias, como la artritis reumatoide, las enfermedades cardiovasculares y la enfermedad inflamatoria intestinal.
En el estudio, los investigadores analizaron los registros de 2.629 mujeres que dieron a luz entre 2018 y 2024, 1.819 que no tenían preeclampsia, 584 que tenían preeclampsia con características o síntomas leves (incluida la presión arterial de 140/90 mm Hg o más, pero sin signos significativos de daño orgánico), y 226 que tenían preeclampsia con características o síntomas graves (incluida la presión arterial de 160/110 mm Hg o más y signos de daño orgánico, incluidos fuertes dolores de cabeza, enzimas hepáticas altas, alteraciones visuales, recuento bajo de plaquetas o deterioro renal). Los investigadores determinaron que aquellas que tenían un FAR más alto tenían más probabilidades de desarrollar preeclampsia que aquellas con un FAR más bajo. Encontraron que la probabilidad prevista de desarrollar cualquier grado de preeclampsia era del 24% para las pacientes con un FAR de al menos 0,1 al ingresar al hospital, y aumentaba a más del 41% cuando ese valor era superior a 0,3.
Si se determina que una mujer en trabajo de parto tiene un mayor riesgo de preeclampsia según el FAR y otros indicadores clínicos (como ser mayor de 35 años o tener presión arterial alta crónica u obesidad), los obstetras y anestesiólogos pueden tomar precauciones adicionales para reducir el riesgo y garantizar que la presión arterial y los niveles de líquidos de la paciente se mantengan estables y controlados. Por ejemplo, pueden solicitar controles de presión arterial o análisis de laboratorio más frecuentes. Si el FAR indica que una mujer tiene riesgo de preeclampsia con síntomas graves, se puede colocar una epidural para el manejo del dolor de manera temprana, antes de que se vuelva demasiado riesgoso.
"Si bien la FAR se ha asociado con otras afecciones inflamatorias, no se ha informado de su aplicación específica a la preeclampsia y la preeclampsia con síntomas graves en un grupo tan grande y racialmente diverso", matiza Lucy Shang, autora principal del estudio y estudiante de medicina en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, Nueva York. "Nuestro estudio demuestra que la FAR puede ser una herramienta predictiva que brinda a los anestesiólogos y obstetras un nuevo método para evaluar el riesgo de que una madre en trabajo de parto desarrolle preeclampsia cuando ingresa en el hospital".
En este setido, la experta señala que, si bien esta proporción se debe evaluar en todas las mujeres embarazadas, calcular el FAR es especialmente importante para las mujeres que tienen un mayor riesgo de preeclampsia, como las mujeres negras y aquellas con presión arterial alta y obesidad. "Se necesitan investigaciones adicionales para determinar el rango exacto del FAR que se consideraría preocupante y sería útil incorporarlo en la atención prenatal de rutina como una herramienta predictiva para la identificación temprana de la preeclampsia", finaliza