Así cambia el sistema inmune de las mujeres según su etapa de la vida

Archivo - Female models of different ages celebrating their natural bodies in a studio. Four confident and happy women smiling cheerfully while wearing white shirts against a white background.
Archivo - Female models of different ages celebrating their natural bodies in a studio. Four confident and happy women smiling cheerfully while wearing white shirts against a white background. - JACOBLUND/ ISTOCK - Archivo
Publicado: lunes, 12 agosto 2024 8:34

   MADRID, 12 Ago. (EDIZIONES) -

   En la etapa fértil de la vida de la mujer aumenta su respuesta inmune, el ambiente cargado de estrógenos se comporta como un potente activador inmunológico (la evolución aquí premia a las madres); si bien este hecho también favorece un mayor riesgo de padecer enfermedades autoinmunes, se cree que hasta cinco y ocho veces más que en los hombres de la misma edad. Vamos a ver por qué esto es así.

   Para ello entrevistamos en Infosalus al autor de 'Inmunes' (Grijalbo), el doctor Enrique Esteve, especialista en Medicina Interna en el Hospital Parc Taulí de Sabadell y experto en inmunología reproductiva, así como doctor en Medicina, profesor de Medicina en la Universidad de Barcelona, e investigador en el I3PT de Sabadell y en el Instituto de Recerca de la Vall d'Hebron.

   Nos cuenta que esto es así porque el ciclo menstrual y el sistema inmunológico están íntimamente relacionados: "Las implicaciones de las fluctuaciones en el sistema inmune en función de la fase del ciclo tienen mucho interés en áreas como la infertilidad, en especial, la endometriosis o el síndrome de ovario poliquístico, así como en la evolución de enfermedades autoinmunes como el lupus, la artritis reumatoide, o el asma".

   Así, señala que el ciclo menstrual está pensado para gestar, y a nivel inmunológico este ciclo se puede diferenciar en tres fases: fase lútea, fase folicular, y la fase menstrual: "El sistema inmunológico está más o menos activo de acuerdo con las tres fases del ciclo de la menstruación, la de sangrado o menstrual; la fase de formación o fase folicular para buscar la ovulación; y la de mantenimiento del endometrio, la fase lútea. Las hormonas sexuales, fundamentalmente estrógenos y progesterona, conforme se multiplica su valor en sangre van a ejercer efectos beneficiosos sobre el sistema inmunológico".

   En la fase folicular señala que empiezan a aumentar los estrógenos, y esto condiciona un incremento de las células encargadas de controlar nuestras defensas, hay más actividad inmunológica; lo que favorecerá, según precisa, la inmunotolerancia, de manera que nuestras defensas estarán más tranquilas.

   Mientras, apunta que, en la fase lútea, si la fecundación no se produce, la bajada de estrógenos es compensada inicialmente con la subida progresiva de progesterona; un cambio que también afecta a las células del sistema inmunológico, volviendo a activarse nuestras defensas, sobre todo a nivel de la mucosa uterina.

Ya en la fase menstrual, el doctor Esteve mantiene que aumenta al máximo el nivel de actividad de nuestras defensas para optimizar las barreras ante infecciones que pudieran aprovechar todas las puertas de entrada que supone el sangrado.

   "Sobre todo en la fase lútea tardía, y en la menstruación, donde puede haber agotamiento del sistema inmune por toda esa inflamación previa de la fase folicular; ahí las mujeres son más susceptibles a coger infecciones, y también porque en la menstruación se produce una desestructuración del endometrio y al final son heridas o puertas de entrada para infecciones; pero a nivel sistémico, a nivel general, tiene lugar un cansancio general transitorio en la mujer durante la menstruación principalmente por esto", reseña.

EL EMBARAZO Y LA LACTANCIA

   Con ello, incide el doctor Esteve en que las mujeres 'somos más fuertes' en esta etapa de la vida, en la etapa reproductiva, porque se produce en cada ciclo menstrual actividad inmunológica aumentada ante la previsión de la llegada de ese embrión, que el sistema inmunológico debe tolerar, formar, y destruir el endometrio en caso de ser necesario, "porque el sistema inmune también es el que ayuda a ello".

   Secundariamente, cuando la mujer gesta está en estado de inmunotolerancia, pero durante la lactancia tiene que activar mucho más su inmunología para protegerse porque está en una etapa más vulnerable a nivel físico, tal y como avanza este experto, tiene que proteger de infecciones a la mamá para establecer correctamente la lactancia y crianza.

   "Es cierto que aquí hay más actividad inmunológica, y esto explicaría por ejemplo el que las mujeres tienen como cierta tendencia a tener más enfermedades autoinmunes, por tener esa actividad autoinmune a veces pasada de vueltas", subraya este especialista en Medicina Interna en el Hospital Parc Taulí de Sabadell y experto en inmunología reproductiva, así como doctor en Medicina.

Es por esto por lo que defiende este doctor que el sistema inmunológico es "un gran reparador de tejidos", además de un "facilitador del embarazo", de forma que si la mujer conoce su ciclo, y entiende qué sucede en cada punto del ciclo, también comprenderá mejor qué hace nuestro sistema inmune.

   "Si nos está preparando para tolerar un embrión, quizá sí hay riesgo de proceso de infecciones, o cuando se está desestructurando el endometrio también; pero al mismo tiempo, en una fase estrogénica, nuestro sistema inmune estará más robusto, y en una fase lútea va a estar más tolerante; y a partir de ahí, entendiendo el ciclo menstrual podemos entender algunos cambios del sistema inmune", resalta este experto y doctor en Medicina.

QUÉ PASA EN LA MENOPAUSIA

   Mientras, recuerda este médico internista que en las mujeres con la menopausia disminuyen los estrógenos y también los progestágenos, las hormonas sexuales, que tienen un efecto modulador del sistema inmune, tienden a ser activadoras, por tanto, el sistema inmune puede estar un poco más debilitado por esto. Secundariamente, dice que puede haber un poco de inflamación, porque no hay tanta modulación de la respuesta inmunológica.

   Eso sí, reconoce este experto que muchas de estas células inmunes de memoria inmunológica están más consolidadas en la etapa de la menopausia, y por eso también las mujeres en esta etapa de la vida gozan de una respuesta inmunológica sólida. "Por eso no hay tanto riesgo en la menopausia de desarrollar procesos de autoinmunidad, aunque sí que es verdad, que algunas enfermedades autoinmunes tienen un segundo pico de actividad en la menopausia", aclara.

   Por otro lado, resalta este doctor que aquí es muy importante la salud ósea, y hay que entender que los osteoclastos, las células que están en el hueso regenerándolo, células que tienen una relación directa con el sistema inmunológico y con la inflamación: "Si hemos sabido cuidar nuestra salud ósea, serán las que reducirán la inflamación del cuerpo, aparte de prevenir fracturas, ayudará a que el sistema inmune esté más inactivo".

   De manera que, por un lado, en la menopausia, pueden darse cambios hormonales que afectarían a cómo modulamos nuestra inmunidad, "y esto puede hacer que haya más inflamación circulante", según asegura; al tiempo que puede darse cierto riesgo de enfermedades autoinmunes, "pero si cuidas bien el hueso, sobre todo, puede llegar esto a controlarse perfectamente".

INMUNOSENESCENCIA O CUANDO 'ENVEJECE' EL SISTEMA INMUNE

   A su vez, el doctor Esteve recuerda que conforme nos vamos haciendo mayores, ganamos años, el sistema inmunológico pierde fuelle, y entra en juego el concepto de la 'inmunosenescencia': "Cuando te haces mayor, a nivel hormonal hay menos capacidad de producción de células nuevas, aparte de que éstas envejecen antes. La inmunosenescencia afecta al envejecimiento del individuo, a todos sus procesos, a nivel de metabolismo, de salud ósea, de regeneración ósea, e incluso a nivel cognitivo".

   Así, resalta que en la vejez el sistema inmunológico "no se mostrará robusto e indestructible", nuestra inmunidad perderá su invulnerabilidad y quedamos expuestos a infecciones, mal control de tumores, o una nula o escasa respuesta a las vacunas. "El sistema inmune se volverá senescente, y perderá memoria inmune y capacidad de respuesta ante infecciones", agrega.