MADRID 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio realizado en Colombia ha revelado que el 11,94% de las pacientes con un IMC elevado tratadas por cáncer de mama en un centro regional sufrieron daños cardíacos, o cardiotoxicidad, durante la quimioterapia.
El estudio, presentado en el American College of Cardiology (ACC) Latinoamérica 2023 junto con la Asociación Costarricense de Cardiología en Costa Rica, aborda los factores que aumentan la probabilidad de que las pacientes experimenten efectos secundarios cardiovasculares, como la cardiotoxicidad, que no son bien conocidos o tratados.
"La cardiotoxicidad es una preocupación relativamente reciente en la atención del cáncer, y su reconocimiento como un problema importante aún está evolucionando. En regiones con infraestructura y recursos de investigación limitados, puede haber una falta de estudios o iniciativas específicas que aborden la cardiotoxicidad en el contexto del tratamiento del cáncer de mama", explica la autora principal del estudio, Ivetteh Gaibor Santos, especialista en medicina interna de la Universidad Autónoma de Bucaramanga/Fundación Oftalmológica de Santander-Foscal.
Para el estudio se utilizó una base de datos anonimizada de pacientes con cáncer de mama que iniciaron quimioterapia con doxorrubicina o trastuzumab entre enero y diciembre de 2021. El análisis solo incluyó pacientes que tenían un ecocardiograma basal y al menos un ecocardiograma de seguimiento. La base de datos también registró variables sociodemográficas, oncológicas, cardiovasculares y ecocardiográficas.
La cardiotoxicidad se definió como una disminución de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) de más del 10% hasta alcanzar un valor inferior al 50% o una reducción relativa de más del 15% de la deformación longitudinal global en pacientes con una FEVI normal. La fracción de eyección es la cantidad de sangre que bombea el corazón cada vez que late. Una fracción de eyección normal es del 50% o superior.
La cohorte del estudio incluyó a 67 pacientes, con una edad media de 55 años y un índice de masa corporal (IMC) medio de 26,18 kg/m*. El IMC se obtiene a partir de la masa y la estatura de una persona. Las características basales de la cohorte de estudio incluían obesidad (20,9%), hipertensión (14,93%) y diabetes de tipo 2 (13,43%). Todos los pacientes tenían una FEVI normal antes de iniciar la quimioterapia.
Los resultados hallaron que la prevalencia de cardiotoxicidad fue del 11,94%. Un índice de masa corporal igual o superior a 25 (sobrepeso/obesidad) fue el único factor de riesgo predisponente para desarrollar este efecto adverso.
"La obesidad es en sí misma un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de mama y enfermedades cardiovasculares como la insuficiencia cardiaca, pero no suele controlarse adecuadamente, a diferencia de otros factores de riesgo prevalentes como la hipertensión arterial", señala Gaibor Santos, quien añade que todos los pacientes de este estudio tomaban fármacos antihipertensivos.
Los agentes quimioterapéuticos, que se formulan en función de la superficie corporal y no de la composición corporal, pueden aumentar el riesgo de cardiotoxicidad en pacientes con obesidad debido a una dosificación excesiva o insuficiente, añade.
Según los autores del estudio, el diagnóstico precoz de la cardiotoxicidad y los factores relacionados es vital para que los médicos tratantes puedan reducir los resultados adversos.
Para concienciar a los profesionales sanitarios y a la población en general sobre los riesgos de la cardiotoxicidad en el tratamiento del cáncer, los investigadores sugieren varias acciones. Entre ellas mejorar la formación médica sobre cardiotoxicidad tanto en las facultades de medicina como en la formación médica continuada.
También la colaboración multidisciplinar entre especialidades para mejorar la comprensión de la cardiotoxicidad entre médicos y pacientes y facilitar la detección e intervención tempranas, el fomento y apoyo de iniciativas de investigación centradas en la cardiotoxicidad en el tratamiento del cáncer y el uso de recursos digitales para facilitar a los médicos el acceso a información actualizada sobre cardiotoxicidad.
"Abordar la obesidad en pacientes con cáncer antes de iniciar la quimioterapia, así como considerar el riesgo potencial de cardiotoxicidad, requiere un enfoque integral", apunta Gaibor Santos.
"Algunas estrategias que los clínicos pueden considerar incluyen la evaluación previa al tratamiento, las intervenciones sobre el estilo de vida y la gestión del riesgo cardiovascular --prosigue--. Es importante señalar que estas estrategias deben adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente y de acuerdo con las directrices actuales basadas en la evidencia".