MADRID, 18 May. (EUROPA PRESS) -
Las supervivientes de cáncer de mama de edad avanzada con factores de riesgo cardiometabólico que restringen la ingesta de alimentos a ocho horas entre semana, seguidas de 16 horas de ayuno, reducen su riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) al cabo de unas semanas, según una nueva carta de investigación publicada en la revista científica 'JACC: CardioOncology'.
Los autores analizaron a 22 personas con un índice de masa corporal clasificado como sobrepeso u obesidad (>25 kg/m2), que habían completado un tratamiento cardiotóxico (antraciclinas, un fármaco de quimioterapia de uso común) en los últimos uno a seis años, y tenían una edad media de 66 años.
Durante ocho semanas se permitió a los participantes comer libremente entre las 12 y las 20 horas de los días laborables y a cualquier hora de los fines de semana. Fuera de esas horas, se pidió a los participantes que sólo consumieran agua, café negro o té negro.
Utilizando el sistema de puntuación de la Sociedad Cardiovascular Canadiense para calcular la puntuación de riesgo de Framingham a 10 años, los autores descubrieron que el riesgo de ECV disminuyó del 10,9 por ciento al 8,6 por ciento al final del periodo de prueba.
"Este estudio de viabilidad de un solo brazo, rigurosamente diseñado y bien ejecutado, genera importantes hipótesis y preguntas sobre el papel de la alimentación restringida en el tiempo que son relevantes para los supervivientes de cáncer", explica Bonnie Ky, editora jefe de 'JACC: CardioOncology'.
"Por ejemplo, ¿en qué se basa la variación interindividual de la respuesta a la alimentación restringida en el tiempo en la puntuación de riesgo de Framingham, y ayudará esto a identificar a los pacientes que tienen más probabilidades de beneficiarse de esta estrategia? ¿Cómo afecta la calidad de la dieta a estos resultados? Esperamos que la investigación con intervenciones prácticas sobre el estilo de vida siga evolucionando y avanzando para mejorar la vida de nuestros pacientes y supervivientes", remacha.