PAMPLONA, 1 Sep. (EUROPA PRESS) -
Dos estudios del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Clínica Universidad de Navarra han señalado la importancia de una biopsia preoperatoria -la conización cervical preoperatoria- en el tratamiento y supervivencia de las pacientes con cáncer precoz de cérvix.
Esta conclusión es fruto de un análisis retrospectivo de más de mil pacientes y del diseño de una fórmula que predice el riesgo de recaída de este tumor, según ha informado la Clínica Universidad de Navarra en una nota.
El estudio Succor Risk propone una fórmula matemática que pondera el riesgo de recaída de las pacientes con cáncer de cérvix, desarrollando un índice que ayude a ajustar y personalizar el tratamiento de estas pacientes tras la cirugía.
"Cuanto mayor puntuación se obtiene con la fórmula, mayor probabilidad existe de recaer y, por tanto, hay mayor riesgo de mortalidad", explica el doctor Nabil Manzour, especialista del Departamento de Ginecología y Obstetricia y autor de Succor Risk, añadiendo que "se ha comprobado que la conización cervical preoperatoria es la variable de mayor peso en la fórmula, es decir, las pacientes que se habían realizado una conización previa a la cirugía contaban con una mayor probabilidad de supervivencia y éxito en el tratamiento".
El doctor Manzour subraya que "estamos a la espera de los resultados en otras poblaciones no europeas y esperamos que este índice de riesgo se convierta en una herramienta diaria que ayude al especialista a determinar, junto a las variables clínicas habituales, la mejor pauta de tratamiento para las pacientes".
El segundo estudio del Departamento de Ginecología y Obstetricia, Succor Cone, se planteó con el objetivo de realizar un análisis retrospectivo del efecto de este procedimiento, la conización cervical preoperatoria, en las pacientes con cáncer de cérvix en estadio IB1, es decir, con un tumor menor de cuatro centímetros de diámetro.
"En Succor Cone observamos una mayor supervivencia global y un mejor intervalo libre de enfermedad en las pacientes que se sometieron a una conización previa a la cirugía, ya fuera por laparoscopia o por cirugía abierta", afirma el doctor Enrique Chacón, especialista en Ginecología Oncológica y autor de Succor Cone.
El doctor Chacón explica que esto probablemente ocurra porque "se reduce al mínimo la exposición del tumor durante la cirugía, al haberlo extirpado previamente junto con tejido sano mediante la conización cervical, consiguiendo uno de los principios clásicos en cirugía oncológica: evitar la manipulación del tumor durante la cirugía".
Su publicación como artículo líder en 'International Journal of Ginecological Cancer' -revista de referencia en ginecología oncológica- ha tenido una gran repercusión en la comunidad científica, ya que parece que abre una puerta para el abordaje por cirugía mínimamente invasiva -sea laparoscopia o robótica- en las pacientes que padecen un cáncer de cérvix en etapa precoz, según ha explicado la Clínica Universidad de Navarra.
Los proyectos Succor Cone y Succor Risk son parte del estudio multicéntrico europeo SUCCOR, liderado por el doctor Luis Chiva, director del Departamento de Ginecología y Obstetricia, que contó con la participación de más de mil pacientes y 129 centros europeos.
Su principal objetivo fue la comprobación en población europea de los resultados del estudio estadounidense LACC, que demostró que las pacientes con cáncer de cérvix intervenidas por vía laparoscópica -cirugía mínimamente invasiva- tenían mayor probabilidad de recaída y morían hasta cuatro veces más que las intervenidas por cirugía abierta.
Además de confirmar estos resultados en Europa, SUCCOR observó que la diferencia entre la cirugía abierta y la laparoscopia podía depender de la manipulación del tumor durante la intervención.
Es decir, procurar que las células tumorales no se diseminaran durante la cirugía mediante maniobras protectoras (como la conización cervical, el cierre vaginal, etc.) devolvía el valor a la laparoscopia como técnica quirúrgica, situándola al mismo nivel que la cirugía abierta.
El cáncer de cérvix o de cuello uterino está causado, principalmente, por el virus del papiloma humano (VPH) y se genera en las células que revisten el cuello uterino, que conecta la vagina con el útero.
El VPH es un virus común que se transmite a través de las relaciones sexuales. No obstante, desde junio de 2006 existe una vacuna efectiva que permitió prevenir de manera eficaz el desarrollo de las enfermedades causadas por el VPH. De esta manera, a pesar de ser un virus muy común, la mayoría de las personas con el virus no desarrollan cáncer.
El cáncer de cérvix se origina cuando el ADN de las células del cuello uterino sufre mutaciones que alteran su comportamiento, facilitando que las células se reproduzcan sin control adquiriendo capacidad invasiva y, por tanto, de generar un tumor maligno. Estas células cancerosas pueden invadir los tejidos cercanos y diseminarse en otras partes del cuerpo. El cáncer de cuello uterino no produce síntomas en su estadio más temprano. Por eso, los médicos recomiendan realizar revisiones preventivas y recibir la vacunación, en caso apropiado, además de mantener un estilo de vida saludable.