BARCELONA 18 Oct. (EUROPA PRESS) -
Una de cada tres mujeres necesita un tratamiento para la osteoporosis tras superar un cáncer de mama con inhibidores de la aromatasa, ha explicado este martes el Hospital del Mar de Barcelona con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama y Día Mundial de la Osteoporosis este miércoles y jueves.
El Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) ha tratado hasta ahora a un millar de pacientes en el Programa de salud ósea en mujeres con cáncer de mama, que protege la salud ósea de las pacientes que han superado un cáncer de mama con receptores hormonales positivos --el más frecuente, con un 70% de los tumores-- y que necesitarán tratamientos de mantenimiento de larga duración que pueden provocar osteoporosis.
Los investigadores han explicado que este tratamiento con inhibidores de la aromatasa supone la mejor opción terapéutica para estas pacientes y tiene muchos beneficios, pero es de larga duración y a largo plazo puede producir dolores articulares y osteoporosis.
El director del Programa de salud ósea y jefe de sección del Servicio de Oncología Ignacio Tusquets ha destacado que este programa es un protocolo coordinado por oncólogos e internistas especializados en salud ósea, y se activa cuando una paciente tiene un cáncer de mama con receptores hormonales positivos y se le tendrán que prescribir inhibidores de la aromatasa.
El jefe del Servicio de Medicina Interna y codirector del programa, Xavier Nogués, ha destacado que hacen un control exhaustivo prestando atención a cualquier cambio en pacientes que parten de una salud ósea excelente y que hay que preservar, mientras que otras necesitan una intervención desde un inicio o bien pueden estar en riesgo: "Un 30-35% de las pacientes que vemos en la unidad acabarán necesitando algún tratamiento específico para la osteoporosis", ha concluido.
Este programa está realizando el estudio B-ABLE (Aromatasa Bone Lose Evaluation) con varias líneas de investigación financiadas con tres becas competitivas FIS que evalúan la genómica y la genética de estos efectos sobre la salud ósea, además del estudio de las áreas del dolor con resonancias magnéticas funcionales y la microindentación ósea.
Entre otros estudios, han destacado uno liderado por estos investigadores y que ha evidenciado que el 90% de las pacientes con cáncer de mama tiene un déficit de vitamina D y que el tratamiento con suplementos de vitamina D mejora mucho su calidad de vida, reduce la pérdida ósea y alivia los dolores articulares.