MADRID 8 Sep. (EUROPA PRESS) -
El impacto de respirar los gases de escape del diésel puede ser más grave para las mujeres que para los hombres, según una nueva investigación presentada en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea, que se celebra en Barcelona.
Los investigadores buscaron los cambios en la sangre de las personas provocados por la exposición a los gases de escape del diésel. Tanto en las mujeres como en los hombres, encontraron cambios en los componentes de la sangre relacionados con la inflamación, la infección y las enfermedades cardiovasculares, pero hallaron más cambios en las mujeres que en los hombres.
El doctor Hemshekhar Mahadevappa, de la Universidad de Manitoba (Canadá), autor del estudio junto con dos grupos de investigación dirigidos por el profesor Neeloffer Mookherjee, de la Universidad de Manitoba, y el profesor Chris Carlsten, de la Universidad de Columbia Británica (Canadá), ha explicado que ya se conocía que hay diferencias de sexo en enfermedades pulmonares como el asma y las infecciones respiratorias. "Nuestras investigaciones anteriores demostraron que respirar gases de escape de diésel crea inflamación en los pulmones y tiene un impacto en la forma en que el cuerpo hace frente a las infecciones respiratorias --ha añadido--. En este estudio, queríamos buscar cualquier efecto en la sangre y cómo difiere en las mujeres y los hombres".
En el estudio participaron diez voluntarios, cinco mujeres y cinco hombres, todos ellos no fumadores sanos. Cada voluntario pasó cuatro horas respirando aire filtrado y cuatro horas respirando aire que contenía gases de escape de diésel en tres concentraciones diferentes -20, 50 y 150 microgramos de partículas finas (PM2,5) por metro cúbico- con un descanso de cuatro semanas entre cada exposición. El valor límite anual actual de la Unión Europea para las PM2,5 es de 25 microgramos por metro cúbico, pero en muchas ciudades son habituales picos mucho más altos.
Los voluntarios donaron muestras de sangre 24 horas después de cada exposición y los investigadores realizaron exámenes detallados del plasma sanguíneo de los voluntarios. El plasma es el componente líquido de la sangre que transporta las células sanguíneas, así como cientos de proteínas y otras moléculas por el cuerpo. Utilizando una tecnología de análisis bien establecida llamada cromatografía líquida-espectrometría de masas, los investigadores buscaron cambios en los niveles de diferentes proteínas tras la exposición a los gases de escape del diésel y compararon los cambios en mujeres y hombres.
Al comparar las muestras de plasma, los investigadores descubrieron que los niveles de 90 proteínas eran claramente diferentes entre las mujeres y los hombres voluntarios tras la exposición a los gases de escape de los motores diesel. Entre las proteínas que diferían entre mujeres y hombres había algunas que se sabe que desempeñan un papel en la inflamación, la reparación de daños, la coagulación de la sangre, las enfermedades cardiovasculares y el sistema inmunitario. Algunas de estas diferencias se hicieron más evidentes cuando los voluntarios se expusieron a los niveles más altos de gases de combustión.
El profesor Mookherjee explica que "se trata de resultados preliminares, pero demuestran que la exposición a los gases de escape del diésel tiene efectos diferentes en el organismo de las mujeres que en el de los hombres, lo que podría indicar que la contaminación atmosférica es más peligrosa para las mujeres que para los hombres".
"Esto es importante, ya que se sabe que las enfermedades respiratorias, como el asma, afectan de forma diferente a hombres y mujeres, que tienen más probabilidades de sufrir un asma grave que no responde a los tratamientos --prosigue--. Por lo tanto, necesitamos saber mucho más sobre cómo responden las mujeres y los hombres a la contaminación atmosférica y qué significa esto para prevenir, diagnosticar y tratar sus enfermedades respiratorias".
Los investigadores tienen previsto seguir estudiando las funciones de estas proteínas para comprender mejor su papel en la diferencia entre las respuestas inmunitarias femeninas y masculinas.