NUEVA YORK, 28 Dic. (Reuters/EP) -
Investigadores de la Cornell University en Ithaca (Estados Unidos) han descubierto que las niñas que tienen una pubertad precoz tienen más riesgo de depresión y problemas de conducta que persisten hasta la edad adulta, en comparación con quienes tienen su primera menstruación más tarde.
Así se desprende de un estudio publicado en la revista 'Pediatrics' que incluyó datos de casi 7.800 mujeres participantes que tuvieron su primer ciclo menstrual con 12 años de media y que fueron entrevistadas en cuatro ocasiones, desde los 16 a los 28 años.
De este modo, vieron que las niñas que pasaron por la pubertad antes que la mayoría tenían más riesgo de depresión y de que sus síntomas fueran más severos en la adolescencia. Y cuanto más joven era la edad del primer período, más fuerte era la asociación entre la pubertad temprana y los problemas de salud mental.
Además, con la pubertad precoz las niñas también tenían más probabilidades de tener problemas de conducta que les llevaron a robar, mentir o vender drogas, entre otras cuestiones, y que se prolongaron hasta la edad adulta.
"Curiosamente, la magnitud de la asociación entre la pubertad y estas dificultades psicológicas permanece estable, lo que significa que la pubertad está tan fuertemente asociada con los síntomas depresivos y esta conducta antisocial durante la edad adulta como durante la adolescencia", ha reconocido Jane Mendle, investigadora que dirigió el estudio.
Según esta experta, la vulnerabilidad psicológica de la pubertad precoz persiste por más tiempo de lo que previamente podrían haber esperado, ya que "no es simplemente una cuestión de dolor en la adolescencia".
En el estudio las preguntas a las participantes se centraron en el momento de la menstruación pero también abordaron diferentes síntomas de depresión que habían experimentado la semana anterior, o la frecuencia de los denominados comportamientos antisociales.
Los autores reconocen que el estudio no fue específicamente diseñado para estudiar esta vinculación, ya que los datos se extrajeron de un estudio longitudinal realizado entre 1994 y 2008, por lo que puede haber otros factores que también influyan en esta relación y que no se hayan tenido en cuenta.