MADRID, 24 Ago. (EDIZIONES) -
El embarazo, y especialmente el parto y el puerperio son etapas de gran riesgo trombótico, de entre 4 y 5 veces superior que el de las mujeres no embarazadas, según datos de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH).
¿Por qué es esto? Todo ello es fruto de los cambios hormonales, y de los que se producen en el sistema hemostático en esta etapa, al tiempo que las gestantes se mueven menos y aumenta su volumen abdominal y su peso. Además, destaca esta entidad que en el actual contexto de pandemia por SARS-CoV-2 su infección en la embarazada debe considerarse como un factor de riesgo trombótico más.
El doctor Joan Carles Reverter es presidente de la SETH y explica a Infosalus que la COVID-19 es una enfermedad con tendencia trombótica, es decir, que las embarazadas por su propia situación presentan una tendencia mayor a hacer trombosis. "La suma de las dos circunstancias hace que el riesgo trombótico sea para las embarazadas más elevado del que le correspondería en esta pandemia; aparte, las pacientes se movilizan menos, están más tiempo quietas; todo favorece la aparición de trombosis y la forma de evitarlo es con el tratamiento de heparina", aclara.
Ahora bien, precisa este experto que el riesgo trombótico en las mujeres embarazadas ha bajado esta pandemia, sobre todo por la vacuna, pero también por las diferentes variantes: "El riesgo trombótico está muy asociado a la gravedad de la infección y esta es menor que hace dos años. Pero no hay que olvidar que una mujer embarazada tiene más probabilidades de hacer trombos. Por ello, cualquier cosa de riesgo que le añadimos en este sentido obliga a considerar este riesgo de trombosis y la administración de heparina".
Mientras, en otra entrevista con Infosalus, el doctor Juan Luis Delgado, presidente de la Sección de Perinatología de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), recuerda que en las primeras oleadas de la pandemia se vio una importante afectación placentaria en las embarazadas, incluso el paso del virus al feto, y se encontró un aumento de morbimortalidad de los fetos y de los neonatos, así como un aumento del riesgo de prematuridad, entre otros efectos de la infección en la mujer embarazada y en el bebé.
UNA MEDICACIÓN SEGURA
"Antes de la vacunación se sospechaba que el virus tenía un efecto negativo sobre la hemostasia, sobre la coagulación de ambos. Esta es la razón porque la que en España se decidió heparinizar a la mujer, con heparina de bajo peso molecular. Una medicación que es segura, tanto para la madre como para el bebé, y que previene la trombosis materna, pero también la de cordón umbilical y de áreas de la placenta", destaca este especialista.
Ahora bien, conforme avanzó la pandemia, y a partir de la vacunación completa de las madres, el doctor Delgado celebra que los fenómenos han sido menos graves, se han tenido menos madres ingresadas y menos morbimortalidad fetal y neonatal.
En consecuencia, precisa que ahora mismo la prescripción de heparina de bajo peso molecular a las embarazadas se ha restringido solo a cierto grupo de gestantes:
Embarazadas con factores de riesgo trombótico, como las obesas, con alteraciones de coagulación, o con alguna patología médica de base, como pueda ser la hipertensión, la diabetes, o con enfermedades autoinmunes.
Las mujeres mayores de 35 años que estén embarazadas y se contagien de COVID-19.
Quienes se contagien al final del embarazo, en el tercer trimestre, porque es un periodo más trombótico y asociado al parto
QUÉ HACE LA HEPARINA
El experto de la SEGO reconoce en este punto que hay muchos tipos de heparina, en este caso se emplea la heparina de bajo peso molecular: "La heparina normal anticoagula a la mujer; mientras que la de bajo peso molecular a dosis profiláctica no anticoagula, sino que representa la dosis preventiva de trombosis, pero sin alterar la coagulación de la mujer, por eso es una medicación segura".
En este punto, el doctor Delgado celebra que las últimas oleadas de ómicron han sido más leves en severidad porque las embarazadas mayoritariamente se han vacunado, y las mujeres que se han quedado gestantes en estas últimas etapas ya venían de una vacunación previa; "con lo cual la severidad ha sido mucho menor que en las primeras oleadas".
Sobre cuándo se recomienda la vacunación frente a la COVID-19 en embarazo, el ginecólogo señala que esta es "segura desde el primer trimestre"; si bien, "por un principio de prudencia", en el caso de las embarazadas de bajo riesgo se dijo que se vacunaran en el segundo trimestre, a partir de la semana 13-14, mientras que las de alto riesgo en el primer trimestre.
CUÁNTO DEBE DURAR EL TRATAMIENTO
Dado que la fase más aguda de la infección por COVID-19 eran dos semanas, el experto de la SEGO subraya que ese es el tiempo establecido por las sociedades científicas para la administración de esta heparina, que a su vez debe iniciarse en cuanto la embarazada dé positivo por COVID-19, o empiece la sintomatología.
"En el parto, las mujeres con COVID, y con factores de riesgo, deberían prolongar en el puerperio al menos un mes la administración de heparina de bajo peso molecular porque, según argumenta el miembro de la SEGO, es un periodo más trombogénico".
Por su parte, el presidente de la SETH, el doctor Reverter, señala que la recomendación de profilaxis con heparina se realiza a todas las mujeres embarazadas, según incluye, pero también en las 6-8 primeras semanas tras dar a luz, por el alto riesgo de trombosis que presentan en esta etapa del posparto.
CONSEJOS PARA LA INYECCIÓN DE HEPARINA
En último lugar, el doctor Reverter aporta una serie de consejos para la inyección de heparina de bajo peso molecular de las embarazadas: "El pinchazo se hace en la grasa abdominal, donde se consigue una mejor absorción del fármaco, y que esta sea más controlada. En el embarazo se debe descartar la preocupación por el pinchazo, por que se pueda hacer daño al bebé, porque no se le hace ningún daño".
"No va a afectar para nada al feto. No hay posibilidad de ello. La aguja es muy corta y no va a pincharlo, pero tampoco el fármaco va directo al feto, sino que recorre toda la circulación corporal hasta llegar a él", afirma el miembro de la SETH.
Sí reconoce en este punto que el único problema que puede haber es que la mujer no pueda pellizcarse porque la barriga esté demasiado tensa: "Si no se puede pinchar se puede tirar hacia atrás, el lateral de la barriga, o hacerlo en la parte lateral del muslo como alternativa".
Con respecto a otros consejos, este especialista subraya que hay que pincharse la heparina con la mejor técnica posible. "Esta aparece descrita en las recomendaciones y dentro de los envases de heparina", incide. Pero para disminuir los hematomas que a veces se producen, en parte por seguir una técnica que no es correcta, resalta el presidente de la SETH que hay dos cosas que se pueden hacer: "no tirar la burbuja de aire que hay, esta queda al final y está previsto que quede dentro, no debe tirarse, no da ningún problema"; y después, aconseja no rascarse después del pinchazo, porque de lo contrario se forma el hematoma con mucha facilidad.