Expertos advierten de que retrasar la decisión de tener hijos "provoca estrés, ansiedad y depresión"

Archivo - Madre y sus hijos buceando en una piscina.
Archivo - Madre y sus hijos buceando en una piscina. - IMGORTHAND/ISTOCK - Archivo
Publicado: jueves, 16 junio 2022 10:55


MADRID, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -

Retrasar la decisión de tener hijos, tanto de manera natural como a través de reproducción asistida, genera un gran impacto emocional, generando estrés, ansiedad y en muchas ocasiones depresión, según han resaltado expertos durante el simposio 'Tener hijos en pandemia: un enfoque desde diferentes puntos de vista', organizado por la Cátedra Eugin-Universitat Pompeu Fabra (UPF).

De acuerdo con la doctora y psicóloga Giuliana Baccino, vicepresidenta de la European Fertility Society, "actualmente los pacientes conocen mucho acerca de este tema, y esto les hace darse cuenta de que cuanto más tarden en realizar el tratamiento con gametos propios, menores pueden ser las posibilidades de lograr un embarazo, y peor la calidad ovocitaria".

A pesar de que al inicio del confinamiento se auguró un posible incremento de la natalidad, dos años después los datos sugieren lo contrario debido, en parte, a que se pospusieron decisiones y tratamientos.

En este sentido, Albert Esteve, director del Centre d'Estudis Demogrfics, ha señalado que, en un contexto de caída de nacimientos y baja fecundidad en España desde el año 2008, es difícil extraer conclusiones sobre el impacto de la COVID-19 aunque, en cualquier caso, este sería negativo.

La evidencia más clara es la caída de nacimientos que se observó entre noviembre de 2020 y marzo de 2021. "En diciembre de 2020 y enero de 2021 los niños nacidos fueron en torno a 6.000 menos cada mes con respecto al año anterior y, aunque la tendencia desde hace tiempo es a la baja, nunca se ha experimentado una caída tan repentina. Sin embargo, en los meses posteriores a marzo de 2021 observamos un repunte de nacimientos que sugieren que ha habido una cierta recuperación y vuelta a la normalidad (decreciente) de la natalidad", ha indicado Esteve.

En su ponencia, también ha apuntado a la interrupción de los tratamientos de reproducción asistida durante unas semanas entre marzo y abril de 2020 como una de las causas de este descenso de nacimientos en este periodo.

Asimismo, ha pronosticado que, debido al retraso continuado de la edad a la maternidad y de la decisión de tener hijos por la crisis sanitaria de la COVID-19, es posible que un número creciente de parejas y mujeres tenga que recurrir a la reproducción asistida.

Otro de los participantes en el simposio de la Cátedra Eugin-Universitat Pompeu Fabra, el profesor Richard Anderson, de la Universidad de Edimburgo, ha hecho referencia durante su intervención a un estudio realizado en Reino Unido el año pasado que constató que la incertidumbre del impacto del virus en la gestación durante la pandemia de COVID-19 provocó que el 53 por ciento de las mujeres cambiaran sus planes con respecto al embarazo.

De ellas, un 72 por ciento tomó esta decisión por motivos como el miedo a los efectos secundarios del virus en la madre y el bebé o la falta de acceso a servicios médicos para retirar los dispositivos intrauterinos.

Asimismo, Anderson ha señalado que el cierre de los centros de reproducción asistida provocó un retraso en los tratamientos que afectó especialmente a las mujeres de más de 40 años y a aquellas diagnosticadas con infertilidades específicas. Influyó en menor medida a mujeres jóvenes y a parejas diagnosticadas de infertilidad de origen desconocido.