MADRID 20 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado por investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) ha revelado que los fetos de las mujeres embarazadas que engordaron en exceso durante el primer trimestre de gestación muestran signos de distribución excesiva de grasa en la parte superior del brazo y en el abdomen, lo que podría servir de base a los esfuerzos por prevenir el aumento excesivo de peso a edades tempranas, un factor de riesgo de obesidad en la edad adulta y afecciones relacionadas, como las cardiopatías, la hipertensión y la diabetes.
En el estudio, publicado recientemente en la revista 'American Journal of Clinical Nutrition', los autores analizaron los datos de un estudio anterior de más de 2.600 embarazos únicos, que incluía información sobre el peso materno antes y durante el embarazo y ecografías tridimensionales (3D) a lo largo del embarazo.
Los autores descubrieron que las embarazadas con un aumento de peso excesivo -definido como más de 2 kilos en el primer trimestre- tenían fetos con una circunferencia abdominal y una zona abdominal mayores y un mayor grosor de la grasa del brazo fetal, en comparación con las embarazadas con un aumento de peso adecuado.
Los fetos del grupo con un aumento de peso excesivo siguieron presentando un mayor grosor del brazo y medidas abdominales hasta el final del embarazo, incluso cuando el aumento de peso no se consideró excesivo durante el segundo y tercer trimestres.
La mayoría de los estudios anteriores no han examinado las medidas 3D del feto durante el embarazo y sólo han relacionado el aumento de peso total a lo largo del embarazo, no sólo en el primer trimestre, con el peso al nacer, apuntan los investigadores.
Así, los autores señalan que sus hallazgos sugieren que el momento del aumento de peso, en lugar del aumento de peso total, podría ser importante para desarrollar esfuerzos para prevenir el exceso de tamaño del feto y reducir el riesgo de cardiopatías y otras afecciones más adelante en la vida.
