MADRID, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -
Una investigación de la Universidad de Cincinnati, en Estados Unidos, muestra que la exposición a las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés) puede retrasar el inicio de la pubertad en las niñas.
La investigación, que fue publicada en la revista 'Environmental Health Perspectives', es la primera investigación longitudinal que incluye el componente del papel que desempeñan las hormonas en el retraso, según Susan Pinney, del Departamento de Ciencias Ambientales y de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UC y autora correspondiente del estudio.
La investigadora señala que el retraso de la pubertad en las niñas puede conducir a resultados de salud negativos a largo plazo, incluida una mayor incidencia de cáncer de mama, enfermedades renales y enfermedades de la tiroides. "La pubertad es una ventana de susceptibilidad", señala Pinney.
"Las exposiciones ambientales durante la pubertad, no sólo a las PFAS, sino a cualquier cosa, tienen un mayor potencial de tener efectos sobre la salud a largo plazo. Lo que han hecho es ampliar la ventana de susceptibilidad y los hace más vulnerables durante un período de tiempo más largo", añade.
La investigación publicada describe los hallazgos del estudio de un total de 823 niñas que tenían entre 6 y 8 años cuando se inscribieron en el estudio: 379 estaban en el área metropolitana de Cincinnati y las otras 444 en el área de la Bahía de San Francisco. Los investigadores querían iniciar el estudio con las niñas antes de que llegaran al comienzo del desarrollo de los senos. Luego los siguieron con exámenes cada seis a 12 meses para ver cuándo experimentaban los primeros signos de desarrollo mamario y vello púbico.
Los resultados encontraron que el 85% de las niñas de las dos cohortes tenían niveles mensurables de PFAS. Pinney ha señalado que esta investigación sobre PFAS es única porque se incluyó el componente hormonal y descubrieron evidencia de disminución de hormonas. Las hormonas que disminuyeron con la exposición a PFAS fueron consistentes con los hallazgos del retraso del inicio de la pubertad.
"El estudio encontró que en las niñas expuestas a PFAS, la pubertad se retrasa cinco o seis meses en promedio, pero habrá algunas niñas en las que se retrasará mucho más y en otras en las que no se retrasará en absoluto. Estamos especialmente preocupados por las niñas en el extremo superior del espectro, donde se retrasa más", afirma.
El estudio también encontró que más del 99% de las niñas de las dos cohortes tenían niveles mensurables de PFOA, uno de los PFAS más importantes. Pinney señala varios factores que influyen en la exposición a PFAS en el Gran Cincinnati. El río Ohio es la principal fuente de agua potable en el área y una planta de DuPont cerca de Parkersburg, Virginia Occidental, liberó PFAS en el río durante décadas, que fluyó río abajo hasta importantes tomas de agua en ambos lados del río cerca del este del condado de Hamilton. Además, los PFAS también estaban presentes en la espuma contra incendios y hay un campo de entrenamiento contra incendios cerca de esas mismas tomas de agua.
Pinney afirma que este y otros estudios plantean la cuestión de, considerando los efectos conocidos Peligros de las PFAS, ¿cómo llegamos a este punto? Señala el hecho de que Estados Unidos no sigue el "principio de precaución", que es el principio de que se debe resistir la introducción de un nuevo producto o proceso cuyos efectos finales son discutidos o desconocidos.
"La evidencia de que las PFAS son peligrosas se remonta a la década de 1980, cuando los químicos estaban haciendo estudios, notaron que las PFAS tenían la misma estructura química que otras sustancias químicas peligrosas e informaron al respecto. Nos ha llevado mucho tiempo reconocerlo como una toxina humana. Mientras tanto, todas estas toxinas entraron en nuestro medio ambiente y pasará mucho tiempo antes de que desaparezcan", afirma.
Pinney dice que una de las razones es que los PFAS no se degradan. Se están realizando estudios para explorar métodos para descomponer las sustancias químicas. "Parece que lleva mucho tiempo convencer a los reguladores sobre los efectos de las PFAS en la salud", afirma, al tiempo que propone ser mas contundente con los reguladores.
"Todo esto ha sido una experiencia de aprendizaje para mí. Los científicos están frustrados por la lentitud del movimiento para cambiar las pautas regulatorias. No sólo necesitamos publicar los resultados de nuestra investigación, sino también hacer todo lo posible para informar a la población general y a la comunidad sanitaria. Se han iniciado esfuerzos para la limpieza ambiental, pero es muy costoso", concluye.