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MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
El primer estudio mundial que investiga cómo la igualdad de género puede estar asociada a la esperanza de vida ha descubierto que tanto las mujeres como los hombres viven más a medida que ésta mejora, según publican los investigadores en la revista 'PLOS Global Public Health'.
Sin embargo, las variaciones entre países agrupados en regiones según el desarrollo socioeconómico y la proximidad geográfica sugieren que, aunque al principio beneficia principalmente a la vida y la salud de las mujeres, el progreso en la igualdad de género ayuda también a los hombres a vivir más tiempo, reduciendo finalmente la brecha de género en la esperanza de vida.
La doctora Cat Pinho-Gomes, autora principal del estudio e investigadora honoraria del George Institute for Global Health (Reino Unido) en colaboración con el Imperial College de Londres, afirma que los resultados, publicados en vísperas del Día Internacional de la Mujer, sugieren que abordar la desigualdad de género y empoderar a las mujeres puede ayudar a prolongar la longevidad tanto de las mujeres como de los hombres.
"Muchos de los factores que determinan la longevidad, como las condiciones de trabajo y de vida, la exposición a la contaminación, el acceso a la atención sanitaria, la educación, los ingresos y el apoyo social, están relacionados con las diferencias de género en todo el mundo --explica--. A medida que los países avanzan hacia la igualdad de género y las mujeres tienen la oportunidad de participar más plenamente en la vida política, económica y social, toda la sociedad recoge los frutos".
Según el último informe del Foro Económico Mundial, acontecimientos mundiales como el aumento del coste de la vida, la pandemia del COVID-19, la emergencia climática y los conflictos y desplazamientos a gran escala están frenando el avance hacia la paridad de género. Esto, a su vez, puede poner en peligro el desarrollo socioeconómico y la mejora de las condiciones de vida y de trabajo, frenando los avances en la esperanza de vida que se han producido en las últimas décadas.
Para investigar si la igualdad de género estaba asociada a la esperanza de vida (EV) de mujeres y hombres y evaluar la brecha de género en la esperanza de vida en todo el mundo, los investigadores utilizaron un índice de brecha de género global modificado (mGGGI), basado en el índice desarrollado por el Foro Económico Mundial (FEM), y lo aplicaron en 156 países entre 2010 y 2021.
El Índice Global de la Brecha de Género del FEM evalúa el estado actual y la evolución de la paridad de género en cuatro dimensiones clave (Participación y Oportunidades Económicas, Logros Educativos, Salud y Supervivencia, y Empoderamiento Político). Para este estudio, se excluyó la dimensión de la salud porque incluye la esperanza de vida con buena salud, que era el objeto de este estudio.
Entre las tres dimensiones incluidas en este estudio (es decir, la política, la económica y la educativa), la igualdad de género en la educación fue la que más se asoció con una mayor esperanza de vida, tanto para las mujeres como para los hombres.
"Esto sugiere que invertir en educación es primordial, especialmente en los países de ingresos bajos y medios, donde a muchas niñas se les sigue negando el acceso a la educación y los recursos son limitados", añade la doctora Pinho-Gomes.
"Incluso en los países de renta alta -donde en los últimos años se han logrado avances sustanciales en la lucha contra las desigualdades de género- invertir en igualdad de género puede seguir beneficiando a la esperanza de vida, sobre todo de los hombres --prosigue--. Este estudio confirma lo que ya habíamos observado en países de la UE utilizando un índice diferente, lo que refuerza la validez de nuestras conclusiones".
Según apunta, "la asociación más débil entre la igualdad de género en el ámbito político y la brecha de género en la EV plantea preocupaciones sobre cómo se está aplicando la igualdad de género en los sistemas políticos de todo el mundo".
"Como hemos visto por las recientes dimisiones de mujeres políticas de alto nivel, las mujeres siguen enfrentándose a importantes retos en este ámbito, como la discriminación, la conciliación de la vida privada, familiar y política, la obtención del apoyo de los partidos políticos y la obtención de financiación para las campañas", indica.
En general, en 2021, cada aumento del diez por ciento en el mGGGI se asoció con un aumento de 4,3 meses en la LE de las mujeres y de 3,5 meses en la de los hombres, lo que dio lugar a una brecha de género 8 meses mayor, pero hubo una variación considerable entre las regiones geográficas.
"Nuestro estudio tiene importantes implicaciones para los responsables políticos de todo el mundo, especialmente a medida que el mundo se recupera gradualmente de las múltiples conmociones causadas por la pandemia de COVID-19, que tuvo un impacto de género en múltiples ámbitos de la vida", destaca Pinho-Gomes.
"En este Día Internacional de la Mujer, no olvidemos que está demostrado que aumentar la representación de la mujer en múltiples sectores contribuye a crear sociedades más ricas y, por tanto, más sanas para todos", concluye.