Espermatozoide en la superficie del óvulo 2
CLÍNICA MARGEN
Actualizado: lunes, 4 septiembre 2017 19:03


MADRID, 4 Sep. (EUROPA PRESS) -

Investigadores del Weill Cornell Medicine de Nueva York (Estados Unidos) han descubierto que un medicamento ya existente puede ayudar a las mujeres con cáncer a evitar los problemas de fertilidad que pueden causar los tratamientos contra la enfermedad.

Algunos tratamientos del cáncer como la quimioterapia o la radioterapia pueden ser una barrera para aquellas mujeres en edad fértil que superan la enfermedad y quieren tener hijos, de ahí que se les recomiende la posibilidad de preservar la fertilidad antes de ser tratadas, mediante diferentes técnicas como la congelación de tejido ovárico, óvulos o embriones ya fecundados.

Pero en este caso el estudio que publica la revista 'Genetics' se ha basado en una investigación de 2014 que identificó una proteína llamada punto de control (CHK2) que se activa cuando los ovocitos son dañados por la radiación.

La proteína interviene en un proceso natural que conlleva la eliminación de ovocitos con el ADN dañado. Sin embargo, en un estudio en ratones vieron que si trataban a ratones sin esta proteína, los ovocitos lograban sobrevivir y reparaba su ADN dañado dando a luz a crías sanas.

En este caso, el estudio estudio la posibilidad de inhibir esta vía y para ello utilizaron una serie de medicamentos ya existentes, los inhibidores de CHK2, que habían sido desarrollados para tratar el cáncer pero "irónicamente no demostraron ser muy útiles", ha explicado John Schimenti, principal autor de la inestigación.

Al administrar a los ratones este fármaco inhibidor, se anulaba la vía de control, y los ovocitos que no fueron destruidos por la radiación y permanecían fértiles permitían el nacimiento de ratones sanos.

"La principal preocupación es que, a pesar de que estos ovocitos irradiados, llevaron al nacimiento de crías sanas, es posible que alberguen mutaciones que se manifiesten después de una o dos generaciones, porque estamos evitando una evolución importante en el mecanismo de control de la calidad genética que debe investigarse más adelante en la secuenciación del genoma", ha explicado.

El estudio establece un precedente para la coadministración de estos u otros fármacos y comenzar a tratar el cáncer al mismo tiempo, aunque esta pauta todavía requiere largos ensayos clínicos en seres humanos hasta que sea una realidad, advierten los investigadores.

"Mientras que los seres humanos y los ratones tengan diferentes fisionomías, queda mucho trabajo por hacer para determinar las dosis más seguras y eficaces, pero está claro que es un primer paso", ha insistido Schimenti.

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