MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio de la Universidad de Massachusetts, en Estados Unidos, sugiere que los sudores nocturnos podrían ser más estresantes que los sofocos en mujeres con menopausia, y observa que muchas mujeres piensan que los sudores nocturnos y los sofocos son lo mismo y que la única diferencia es que ocurre en diferentes momentos del día.
Sin embargo, estos dos síntomas comunes de la menopausia producen sensaciones de sobrecalentamiento, son fenómenos diferentes. Un sofoco puede ocurrir durante el día o la noche y puede o no estar asociado con la sudoración, mientras que los sudores nocturnos son períodos de sudoración intensa que ocurren durante la noche.
Aunque tanto los sudores nocturnos como los sofocos son molestos, ¿es uno peor que el otro cuando se trata de crear estrés y depresión? Esa es la pregunta que los investigadores de la Universidad de Massachusetts hicieron a 200 mujeres que experimentaban la menopausia. Los resultados del estudio se han presentado durante la reunión anual de la Sociedad Norteamericana de Menopausia (NAMS) en Atlanta (EEUU).
Lo que encontraron fue que los sudores nocturnos se asociaron significativamente con la depresión y el estrés, mientras que los sofocos (incluso los de la noche) se asociaron significativamente solo con la depresión después de ajustar el estado de la menopausia, la comodidad financiera y el matrimonio. Además, las mujeres que reportaron la frecuencia más alta de sofocos en la noche tenían puntajes de depresión significativamente más altos en comparación con las mujeres que tenían la frecuencia más alta de sofocos durante otros momentos del día.
Estos resultados respaldan estudios previos que encontraron que las interrupciones del sueño durante la menopausia tienen un efecto significativo en la calidad de vida y sugieren que los sudores nocturnos pueden tener consecuencias más graves que los sofocos.
"Sabemos que los trastornos del sueño son uno de los mayores perjuicios para las mujeres que atraviesan la menopausia, pero estos resultados son únicos porque muestran que las mujeres que experimentan sudores nocturnos, en lugar de solo sofocos, pueden estar en una desventaja aún mayor", afirma Sofiya Shreyer, autor principal del estudio del Departamento de Antropología de la Universidad de Massachusetts.
"Este estudio se suma a la creciente evidencia de que los síntomas de la menopausia, como los sofocos y los sudores nocturnos, pueden afectar significativamente la calidad de vida de una mujer y los profesionales de la salud deben tomarlos en serio. Se necesita más investigación para comprender completamente los mecanismos de estos síntomas y su efecto general en la experiencia de la menopausia de una mujer", añade la doctora Stephanie Faubion, directora médica de NAMS.