MADRID 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
Menos de uno de cada cinco pacientes se someten a pruebas de factores de riesgo cardiovascular después de tener hipertensión o diabetes relacionadas con el embarazo, según un nuevo estudio de investigadores del ICES y del Centro de Ciencias de la Salud Sunnybrook (Canadá), que señala que la detección inadecuada de hipertensión y diabetes en el posparto es una "oportunidad perdida" para las mujeres.
Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte entre las mujeres. Las personas que desarrollan trastornos hipertensivos del embarazo o diabetes gestacional tienen un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o una enfermedad cardíaca en el futuro. La detección de la hipertensión arterial, los lípidos y los azúcares desempeña un papel crucial en el diagnóstico temprano de los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares.
"Hay cada vez más pruebas de que la salud materna durante el embarazo está asociada con la salud vascular a largo plazo", insiste la doctora Amy Yu, neuróloga y científica principal del Sunnybrook Research Institute y científica adjunta del ICES.
"Las pautas recomiendan que las mujeres con presión arterial alta o niveles altos de azúcar durante el embarazo se controlen el nivel de azúcar y colesterol en sangre después del embarazo, por lo que nos propusimos evaluar si los habitantes de Ontario se estaban haciendo estas pruebas", el trabajo se publica en la edición Go Red for Women de 'Circulation'.
Investigadores del ICES y del Centro de Ciencias de la Salud Sunnybrook estudiaron a más de un millón de embarazadas en Ontario, Canadá, entre 2002 y 2019. Compararon las pruebas de detección de diabetes y dislipidemia en los primeros tres años después del parto entre aquellas que desarrollaron hipertensión o diabetes relacionadas con el embarazo (grupo expuesto) y aquellas que no (grupo no expuesto).
Entre los principales hallazgos destaca que menos de 1 de cada 5 personas (17%) diagnosticadas con diabetes gestacional o hipertensión fueron examinadas durante el año posterior al embarazo. Por otra parte, menos de la mitad (44%) de las personas se sometieron a estas pruebas en un plazo de tres años. Las tasas de detección del colesterol alto fueron inferiores a las de detección de la diabetes. Sorprendentemente, el 33% de las mujeres embarazadas sin diabetes gestacional ni hipertensión se sometieron a estas pruebas de detección.
Dado que la brecha en la detección fue más prominente en el caso de los lípidos que en el de la diabetes, los autores sugieren que el acceso a los médicos para la atención preventiva cardiovascular puede no ser la causa principal de estas tasas de detección más bajas. En cambio, puede ser necesario que los médicos y las pacientes sean más conscientes de los riesgos de enfermedades cardiovasculares relacionados con el embarazo.
"Las mujeres deben ser conscientes de su riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, de modo que puedan preguntar a sus médicos sobre la detección de factores de riesgo", resume la doctora Yu, que también es profesora adjunta del Departamento de Medicina de la Facultad de Medicina Temerty de la Universidad de Toronto. "Tener este conocimiento también puede ayudar a las pacientes a tomar decisiones sobre cambios en el estilo de vida, lo que podría mejorar su salud vascular".