MADRID, 2 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las expertas reunidas en la vigésimo primera edición de los 'Desayunos POP', organizada por la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), han reclamado una mayor perspectiva de género en el abordaje de la cronicidad y en las políticas sanitarias.
Según el 'Estudio mujer, discapacidad y enfermedad crónica', impulsado por la POP y publicado en el año 2020, los hombres pasan 3,2 años en alcanzar un diagnóstico de estas patologías, mientras que las mujeres esperan seis años, o sea, prácticamente el doble.
"En la mujer ocurre algo muy particular. Generalmente, retrasan el diagnóstico porque están al cuidado de otras personas o por la actividad laboral, que sabemos que, en el caso del género femenino, es más precaria que en el varón", ha apuntado la vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria Madrid, Norma Doria.
Así, son necesarios datos y estudios que identifiquen correctamente estas desigualdades y sus motivos explicativos, y que estos se incorporen a la educación sanitaria. "Luego, necesitamos también un modelo de formación de competencias para los profesionales que les haga conscientes de que, muchas veces, hay prejuicios en el trato a las pacientes mujeres", ha afirmado por su parte la presidenta saliente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), Rosa Urbano.
En este sentido, ha recordado que "hay mucha literatura" que documenta que hay discriminación de género y que existe "una infraestimación de los problemas de salud de las mujeres". Esto puede conducir a retrasos diagnósticos y, por tanto, a un tratamiento tardía para el abordaje de estos problemas de salud.
"Necesitamos un modelo de formación de las competencias de los profesionales sanitarios y también, seguramente, incorporar en esa formación, incluso en los libros de texto, esas diferencias que existen entre los hombres y las mujeres en la manera de manifestar los síntomas", ha abundado.
ENFOQUE BIOPSICOSOCIAL
Así las cosas, la coordinadora del Máster en Estudios de Género de la Universidad Complutense de Madrid, Susana Vázquez, ha llamado a adoptar un enfoque "biospsicosocial" para abordar las diferencias que hay entre hombres y mujeres, atendiendo no solo a cuestiones biológicas, sino también a cuestiones del contexto social.
"Por ejemplo, los hombres piden menos ayuda y se suicidan más. Pero las mujeres retrasan mucho las consultas debido a la conciliación y los cuidados, y ya llegan con una enfermedad mucho más desarrollada", ha explicado. "Las mujeres han salido al mercado de trabajo, pero las mujeres siguen siendo cuidadoras. Y ese trasvase no se ha producido en el caso de los hombres", ha agregado la especialista.
En este mismo sentido, Urbano ha añadido que las mujeres están "en una situación de vulnerabilidad económica muy superior a la de los hombres, con una presión social en el ámbito de los cuidados intensísima".
Asimismo, las probabilidades de la exclusión social y de problemas de vivienda "son todas superiores en las mujeres", según Urbano. "Sabemos que todos esos condicionantes sociales terminan teniendo consecuencias en salud", ha alertado, para insistir en la necesidad de "involucrar más" a la perspectiva de género y a las mujeres en la definición de las políticas de salud.
"Es muy paradójico que, siendo las mujeres las principales responsables del cuidado de la salud de la familia y del entorno familiar, al final seamos las que terminamos teniendo más problemas de cronicidad y más discapacidad, sufrimiento y dolor a lo largo de la vida", ha dicho.
Al hilo, Urbano ha denunciado que la medicalización de las mujeres es "salvaje" en la atención a la salud mental. "A las mujeres se les recetan muchos más psicofármacos, estando en igualdad de condiciones que los varones, por muchas razones. A veces, porque los profesionales no son capaces de identificar los problemas de salud mental que tienen los varones, porque, o bien no acuden a la consulta, o, cuando acuden, manifiestan sus problemas con más agresividad y, las mujeres, con un relato que deriva en una receta de forma más rápida", ha abundado.
La presidenta de la POP, Carina Escobar, ha animado a una "educación sanitaria" adaptada a las mujeres. "Partimos del hecho de que somos cuidadoras, de que llegamos más tarde, pero también es verdad que tenemos que ser más proactivas con nuestra propia salud, con nuestra propia vida y poder ponernos en el lugar que nos ocupa, que, en este caso, es cuidarnos mejor", ha defendido.
Durante el encuentro, también se ha puesto sobre la mesa la necesidad de impulsar los ensayos clínicos en mujeres, ya que estas han sido históricamente exluidas por sus condicionantes biológicos, sus cambios hormonales o la menstruación. Por ello, se ha reclamado menos financiación para aquellos proyectos de investigación que no incorporen una perspectiva de género.