MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los investigadores de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos) han descubierto un temporizador molecular que se activa en los primeros días de embarazo e influye en el momento en que los ratones dan a luz.
Tal y como se publica en 'Cell' sorprendentemente, el temporizador se activa en los primeros días del embarazo y funciona dentro del útero.
Cabe contextualizar que un embarazo humano típico dura 40 semanas, pero la mayoría de los padres saben que este número es sólo una estimación aproximada. Los bebés nacen en un período aparentemente impredecible: un embarazo normal dura entre 38 y 42 semanas. Y el 10 por ciento de todos los nacimientos son prematuros, es decir, ocurren antes de las 37 semanas de gestación, lo que pone a los bebés en riesgo de sufrir una serie de complicaciones.
Si se comprueba que los hallazgos sobre este temporizador molecular en ratones, también occurre en los embarazos humanos, el hallazgo podría conducir a nuevas pruebas para identificar a las mujeres que corren riesgo de parto prematuro, así como a intervenciones para retrasarlo.
"El parto prematuro es un gran problema en todo el mundo y durante mucho tiempo nadie lo ha entendido realmente. Esperamos que nuestro trabajo pueda empezar a arrojar luz sobre el mecanismo subyacente", asegura Adrian Erlebacher, profesor de medicina de laboratorio en la UCSF y autor principal del nuevo artículo. "Los nuevos hallazgos plantean la posibilidad de que el parto prematuro esté provocado por cosas que suceden mucho antes en el embarazo de lo que esperábamos".
Durante el embarazo, el cuerpo femenino experimenta cambios biológicos masivos, con la actividad de cientos de genes que aumentan o disminuyen dentro del útero. Erlebacher y su grupo de laboratorio estaban estudiando una proteína llamada KDM6B que regula la actividad genética. Sospechaban que durante el embarazo, KDM6B podría ayudar a regular los genes involucrados en la transición al parto.
La KDM6B actúa eliminando los grupos químicos metilo de las histonas, estructuras que ayudan a organizar y empaquetar el ADN dentro de las células. En respuesta a la KDM6B, el ADN se vuelve más accesible a otros factores que regulan la expresión genética, lo que activa la actividad de los genes cercanos. El equipo observó que cuando bloquearon KDM6B, los embarazos en los ratones se hicieron más largos y sus bebés nacieron más tarde de lo habitual.
Al principio, los científicos sospecharon que, al final del embarazo, KDM6B debía estar activando genes en las células epiteliales del útero, que producen hormonas conocidas por desencadenar el parto. Pero cuando llevaron a cabo análisis detallados sobre diferentes tipos de células, descubrieron que los efectos de KDM6B sobre la duración del embarazo estaban relacionados con un tipo diferente de células llamadas fibroblastos. Estas células estructurales no suelen tener un papel en la regulación del parto. Además, KDM6B regulaba estos fibroblastos durante los primeros días de embarazo.
"Nuestros hallazgos ponen de relieve un papel sorprendente de los fibroblastos uterinos en la regulación del momento del parto", insiste la doctora Tara McIntyre, quien dirigió el trabajo como estudiante de posgrado en la UCSF. "Esto no era algo que esperábamos y cambió por completo nuestra comprensión de los tipos de células y los procesos que impulsan el inicio del parto", añade.
Experimentos posteriores con ratones revelaron que, poco después de la concepción, aparecen más grupos metilo en las histonas cerca de ciertos genes de los fibroblastos uterinos. En respuesta, estos genes permanecen inactivos, lo que permite que el útero mantenga el embarazo. A lo largo del embarazo, los niveles de metilación de estas histonas disminuyen de forma lenta y constante, hasta llegar a niveles lo suficientemente bajos como para que se activen los genes cercanos (relacionados con eventos del embarazo, como el parto). Esta erosión, que no requiere KDM6B, funciona como un temporizador.
"Básicamente, lo que parece ocurrir es que este cronómetro se pone en marcha justo al comienzo del embarazo y luego se va apagando progresivamente", aclara Erlebacher. "Cuando la metilación de las histonas se erosiona lo suficiente, los genes cercanos se activan". Cuando los investigadores bloquearon el gen KDM6B, las histonas cercanas a ciertos genes acumularon demasiada metilación al principio del embarazo. Este aumento del "punto de ajuste" significó que, a pesar de la erosión, estos genes no se activaron a tiempo, lo que retrasó el parto.
Si bien el nuevo estudio no investigó directamente los nacimientos prematuros, el temporizador molecular recién descubierto podría ayudar a controlar la duración del embarazo en humanos. El equipo de investigadores plantea la hipótesis de que si las señales moleculares recién estudiadas se alteran en los seres humanos, podrían estar relacionadas con el riesgo de parto prematuro. Por ejemplo, algunas mujeres podrían comenzar el embarazo con niveles de metilación de histonas inferiores a los habituales, y esto podría provocar que la erosión de la metilación active los genes relacionados con el parto demasiado rápido.