MADRID 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
A partir de los 37 años, las alteraciones genéticas de los óvulos aumentan, por lo que la probabilidad de lograr un embarazo va disminuyendo progresivamente, según señala el director de Laboratorio y director científico de la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Ruber Internacional, el doctor Josu Franco.
A esta edad "casi un 50 por ciento de los óvulos tienen alteraciones cromosómicas por eso se embarazan menos y abortan más. Un dato importante es que se preserva las posibilidades que ofrece la célula más joven ya que de forma natural solamente tenemos un 20 por ciento de probabilidad de embarazo disminuyendo a medida que somos mayores. En caso de tener que utilizar esos óvulos vitrificados la probabilidad aumenta hasta un 60-65 por ciento", explica.
En caso de que una mujer de esta edad decida vitrificar sus óvulos se le explica que puede hacerlo, pero que, en lugar de congelar ocho o diez para que la técnica sea eficiente, es recomendable congelar más, añade el doctor.
En la actualidad, tanto la infertilidad como los tratamientos de reproducción asistida están subiendo "porque las personas todavía no son conscientes que se hacen mayores y, como se ha retrasado tanto la maternidad, al final muchas parejas tienen que recurrir a técnicas de reproducción", asegura.
Esto se debe a que antes las mujeres eran madres con 25 años y ahora en las unidades de reproducción la media de edad son los 39 años. Esta situación se produce porque los óvulos empiezan a descender no solo en número, sino también en calidad y, sobre todo, por el aumento de alteraciones cromosómicas, "algo muy importante", destaca el experto.
En ese sentido, recuerda que la primera célula que envejece en el cuerpo humano es el óvulo, por lo que las mujeres tienen que ser conscientes de ello. Desde las unidades de reproducción asistida y desde el ámbito de las redes sociales, se está intentando dar una mayor visibilidad a este asunto. "Hay que visibilizar que es una realidad que existe y que es importante entenderla", apunta.
Sin embargo, el doctor sostiene que parece que la población empieza a concienciarse sobre la necesidad de la vitrificación o congelación de óvulos, algo a lo que cada vez más chicas jóvenes recurren. "Aun así, esta necesidad tiene que calar, ya no para que se lo hagan, sino para que tengan la información y, con ella, puedan valorar si recurren o no a esa opción", añade.
En ese sentido, asegura que cuando recibe en consulta a mujeres que quieren quedarse embarazadas y no lo consiguen y les explica que se debe o a una baja reserva ovárica o a que ya son mayores por sus óvulos, el choque psicológico y frontal de la realidad es fuerte.
Por último, el doctor recomienda, en caso de recurrir a la congelación de óvulos, llevar a cabo una vida saludable. Lo primero que hacen los especialistas es una revisión para obtener una estimación de la cantidad de óvulos que tiene; un estudio de una hormona antimülleriana (AMH), que permite valorar la reserva ovárica y la fertilidad; y una ecografía para ver el número de folículos que hay, ya que dentro de estos están los óvulos.