MADRID 1 Dic. (EDIZIONES) -
La parentalidad es la experiencia vital más generosa, gratificante e intensa. Pero también es la que genera más temor, cansancio y sufrimiento. No hay una manera correcta de hacer, ser o pensar como padres, no hay fórmulas mágicas en la educación. Cada familia tiene que encontrar la suya, adaptada a sus valores, funcionamiento y expectativas.
En este camino tan duro las madres trabajadoras de la sociedad actual se encuentran cada vez más desbordadas. "Van al 200%. Las mujeres estamos en una situación no de inferioridad, pero sí de dificultad frente a la sociedad, y si además somos trabajadoras y emprendedoras, y también hay que ser amigas, pareja, o hija, por ejemplo, a veces tienen otros roles a los que renuncian, incluso el profesional, para ejercer el rol como madre. Si fracasan se derrumban", afirma a Infosalus la psicóloga familiar Mercedes Bermejo Boixareu.
A su juicio, se tiende a la culpa y a la exigencia y esto es peligroso para la salud. Con motivo de la publicación de 'La Danza de las emociones familiares' (Desclée De Brouwer) la experta incide en que para que la crianza de los hijos vaya por buen camino, para que los niños estén bien, es preciso que los padres, y en el caso concreto de este artículo, las madres estén bien.
"Es importante que seas feliz y que se les dé a las madres el valor y el reconocimiento que se merecen porque socialmente no está nada valorado el ser madre, sino la parte profesional o de estética e imagen; cuando es fundamental, y los niños son el futuro", lamenta la especialista.
Así, la psicóloga familiar destaca que el momento que se le dedica a los hijos es "un regalo para toda la vida" que no se puede suplir con un colegio buenísimo o con clases particulares, sino tiempo de calidad donde las madres puedan sentirse a gusto consigo mismas y disfruten de sus hijos.
"Hay factores o variables sociales, culturales incluso políticas que influyen. A nivel social existe un grave problema de conciliación y de incorporación de la figura paterna en la corresponsabilidad. No se trata de delegar tanto en el otro y de que ayude, sino de que haya corresponsabilidad por ambas partes porque los niños necesitan sus referentes primarios. No tienen por qué ser papá y mamá, pero en el momento que haya dos figuras es más sano que ambas tengan el mismo peso en la educación", indica.
Es más, Bermejo avisa de que es muy duro para los pequeños cuando uno de los dos referentes familiares está trabajando y está ausente gran parte del tiempo. "Es importante que tengan presencia de ambas figuras para su desarrollo evolutivo, y cuando está descompensando y una tiene más carga acaba en síntomas de ansiedad, de estrés y esto repercute en el niño", alerta la psicóloga de familia.
Igualmente, subraya que nos encontramos muchos casos donde la madre parece que asume toda la carga, cuando es el padre el que también tiene que tener su espacio para distribuir las responsabilidades dentro de casa. "Veo que en términos generales, las mujeres tendemos a asumir gran parte de las responsabilidades dentro de casa, en el cuidado de hijos, y además si hay responsabilidad en lo profesional desencadena en riesgo enfermedad mental, y esto puede afectar a la familia", agrega.
Con todo ello, la psicóloga familiar aconseja:
1.- Confía en tu instinto, sensación. No dejes que los consejos de otros te hagan dudar de tu intuición como madre.
2.- Apóyate en tu pareja y compartid responsabilidades. No te cargues.
3.- Apóyate en tu entorno, en tu familia extensa. Tienes derecho a pedir ayuda si la necesitas.
4.- Date el permiso de expresar emociones negativas, primero porque no son negativas, el miedo te ayuda a percibir los riesgos, el enfado a defenderte, y la tristeza a elaborar un duelo por pequeño que sea; y segundo porque expresarlas también es darle el permiso a tus hijos para que puedan hacerlo.
5.- Repítete: "Lo estás haciendo todo bien". Lo haces lo mejor que sabes y lo mejor que puedes.
6.- Reduce la hiper-exigencia e hiper-responsabilidad de las mujeres actuales. Acepta tus limitaciones. El autoconocimiento es sabiduría de uno mismo.
7.- Cuidado con la culpa, es autodestructiva.
8.- Comparte tu afecto y alegría con otros, para que se contagie y haya un buen clima familiar.
9.- Date un espacio para ti: cuídate, quiérete y deja que otros también te quieran.
10.- No eres solo madre. No te olvides de tus otros roles: como hija, pareja, amiga, trabajadora, hermana*.