MADRID, 10 Mar. (EDIZIONES) -
La menopausia es un proceso natural que tiene implicaciones a nivel de 360 grados, es decir, a nivel bioquímico, de tejidos, a nivel de hidratación, a nivel cognitivo, de salud mental, de estado de ánimo, y también a nivel digestivo, entre otros.
"Cuando se habla de la menopausia siempre nos cuentan que se produce por un descenso estrogénico que afecta a muchos lugares del cuerpo. También lo hace sobre nuestra microbiota. El hecho de tener la última menstruación y todos los cambios hormonales que se producen influye en el equilibrio de las bacterias de nuestro cuerpo, puesto que éstas se han acostumbrado a vivir en una realidad concreta que de repente cambia con el descenso de hormonas", afirma en una entrevista con Europa Press Salud Infosalus Marta León, ingeniera química especializada en alimentación y en salud hormonal femenina.
Acaba de publicar 'El equilibrio perfecto. Cuida tus hormonas desde la microbiota' (Lunwerg), motivo por el que le entrevistamos y le preguntamos de qué manera estos cambios hormonales de la menopausia impactan sobre la microbiota de la mujer, indicando que primero se produce un descenso en la cantidad de microorganismos que la componen, no sólo a nivel intestinal, sino también a nivel vaginal, por ejemplo.
"Con la menopausia al cuerpo le cuesta más resolver la inflamación, se tiene una sensación de estar más inflamadas, unas digestiones peores, o a la hora de perder peso esto será más difícil", resalta.
MAYOR TENDENCIA AL DESEQUILIBRIO DE MICROORGANISMOS
Según continúa Marta León, cuando se produce este cambio hormonal la población de lactobacilos de la vagina, que es la mayoritaria dentro de ese ecosistema de microorganismos que habita en la zona, dice que también se ve mermada y esto hace que estos lactobacilos, que son buenos protectores de la zona, no tengan tanta capacidad de vigilancia como antes: "A veces, esto se nota en el propio tejido, en la mucosa, porque puede aparecer más picor, inflamación, cándidas de repetición, hay una especie de disbiosis a nivel vaginal".
A nivel intestinal apunta esta experta que hay más tendencia al desequilibrio bacteriano durante la menopausia: "Como tenemos estrógenos que suben y bajan, y esto alimenta la población de bacterias, al no recibir este estímulo tenemos cambios en las diferentes familias de microorganismos que componen la microbiota, al tiempo que la diversidad bacteriana también disminuye".
Esto se traduce, según prosigue, en que, por ejemplo, nos cuesta absorber ciertos nutrientes como la B12, o a nivel de inflamación nos cuesta más resolverla y nos sentimos más hinchadas. "Por eso en menopausia es importante la dieta antiinflamatoria para no darle trabajo al intestino, y porque si no los síntomas de la menopausia también serán peores, y tenemos peor salud metabólica, peor sueño, peor salud de la piel", agrega.
LA FARMACIA DEL CUERPO
Asimismo, esta ingeniera química especializada en alimentación y salud hormonal señala que la microbiota tiene igualmente la función de ser "la farmacia del cuerpo", es decir, no sólo de influir en el sistema inmunitario, sino de producir los "antidepresivos naturales del cuerpo".
"En el intestino se fabrican, por ejemplo, determinados neurotransmisores como la serotonina, o las endorfinas, por ejemplo, y la microbiota facilita la síntesis de estos neurotransmisores del bienestar, de la calma, y de la felicidad. Una persona con el intestino bien, y con las digestiones, bien suele estar emocionalmente bien; mientras que a una persona que tiene muchos problemas digestivos, le cuesta más estar anímicamente bien, necesita un mayor esfuerzo, y no estamos al 100% de la felicidad", agrega.
Entonces, tal y como considera Marta León, estos cambios hormonales que afectan al intestino pueden afectar al estado de ánimo porque también los estrógenos influyen en la fabricación de la serotonina, un neurotransmisor que ayuda de control del apetito, frente a la irritabilidad, o por ejemplo, entre otros, a la hora de tener una mayor sensibilidad al estrés.
MANTENER UNA MICROBIOTA EQUILIBRADA DURANTE LA MENOPAUSIA
Con todo ello, esta especialista en microbiota cree que lo más importante a la hora de mantener la microbiota equilibrada durante esta etapa de la vida de la mujer es intentando mantener una dieta lo más variada posible, rica en alimentos de temporada, con diferentes tipos de frutas y de verduras, de carne, de cereales, de huevos, y de pescados. "Se debe variar lo máximo posible porque se ha visto que cuanto más variada sea nuestra dieta, más contentas estarán nuestras bacterias, y mejor podrán hacer su trabajo, incluido el trabajo de reciclaje de hormonas", subraya.
Después, cita que es fundamental que durante la menopausia la dieta sea rica en pescado, "porque la dieta que mejor le sienta a la microbiota es la dieta pescomediterránea", es decir, la mediterránea de toda la vida pero incluyendo de nuevo al pescado, "y mejor el azul y pequeño porque tiene menos mercurio y contaminantes".
También habla de la importancia de hidratarnos correctamente y de elegir buenos momentos en los que comer, y aquí cita la crononutrición: "Es tan importante lo que comemos, como el cuándo comemos. Una cena que no tenga, por ejemplo, nada de proteínas, y sin grasas saludables puede ser un sofoco extra por la noche; la cena siempre debe ser rica en proteínas o en grasas saludables, como el aguacate. Esto nos va a ayudar a descansar mejor".
A su vez, advierte León de que cuando comemos alimentos que nos suben el azúcar esto hace que durmamos peor y, en el caso de la menopausia, que tengamos más sofocos. "Esta relación entre alimento-microbiota y experiencia a nivel de menopausia es súper importante", remarca.
Finalmente, considera esta experta en microbiota e ingeniera química especializada en alimentación y salud hormonal que el descanso es importante siempre para nuestras hormonas, pero muy especialmente en la etapa del climaterio, para nuestra microbiota. Recuerda igualmente la importancia en este sentido de saber gestionar el estrés; la realización de ejercicio físico, sobre todo de fuerza para la microbiota, y frente a la menopausia, la realización de movimientos de cintura para abajo", determina.