MADRID 31 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los excesos navideños aumentan las preocupaciones sobre lo que se puede tomar o no durante el embarazo aunque es importante no obsesionarse con la alimentación, por ello, la nutricionista de IVI, Paloma Ramos, despeja algunas de las dudas más frecuentes acerca de los mitos y verdades de la alimentación durante el embarazo.
La especialista recomienda tomar los siguientes alimentos:
- Las proteínas animales como carnes, pescados y huevos bien cocinados son esenciales para el correcto crecimiento del embrión. Durante el embarazo bajan mucho los niveles de hierro por ello es recomendable la ingesta de carne roja.
- Las grasas vegetales, sobre todo el aceite de oliva, ayuda a la construcción de las membranas de las células.
- El calcio es fundamental para la formación de los huesos y los diente del bebe, pero no es estrictamente necesario tomar leche entera sino que también hay leche de tipo 'semi' o desnatada con bajo aporte de grasa y enriquecidas con calcio o las vitaminas A+C. Además, se recomiendan 3 raciones diarias incluyendo también otros lácteos como los yogures y los quesos.
- Las vitaminas como el ácido fólico ayuda a prevenir los defectos de nacimiento del tubo neural y el Omega 3 que mejora la función cognitiva y neurológica del bebé. También es recomendable suplementar este aporte fólico con pastillas multivitaminas específicas.
Por otro lado, la nutricionista asegura que se deben evitar:
- Las bebidas estimulantes y en el caso del café y el té no se recomienda superar las 2 tazas al día como máximo. Las bebidas azucaradas se aconseja tomarlas sin azúcar.
- El hígado tiene un alto contenido en vitamina A por lo que un exceso podría provocar problemas en el desarrollo del bebé, sobre todo durante los primeros meses.
- Las algas poseen un alto contenido en yodo aunque para que afectaran de forma negativa al embarazo habría que consumirlas en altas cantidades.
- El lucio, el pez espada y el atún rojo contienen una alta cantidad de mercurio y metales pesados por lo que no son recomendables, al contrario que los pescados blancos y el salmón que sí son aconsejados.
- Los alimentos o guisos muy grasos pueden ser difíciles de digerir debido a que la producción de hormonas durante el embarazo hace las digestiones más lentas.
- Las ensaladas o verduras crudas deben estar muy bien lavadas ya que existe riego de toxoplasmosis, por ello es recomendable no comer ensaladas fuera de casa y en el hogar lavarlas mucho aunque vayan dentro de una bolsa.
La especialista se muestra tajante a la hora de prohibir la ingesta de los siguientes alimentos:
- Quesos sin pasterizar, blandos o azules ya que tienen riesgo de contener listeria. Son mejores los quesos tiernos, curados o semicurados o los quesos tipo burgos.
- Embutidos y fiambres no cocidos por riesgo de toxoplasmosis aunque si se congelan se elimina este riesgo.
- Las carnes crudas o poco hechas también tienen el riesgo de toxoplasmosis.
- Foie crudo o micuit.
- El pescado crudo en general, ahumado o en salazón, así como crustáceos o moluscos crudos, por riesgo de listeria y anisakis. En el caso del sushi, el pescado debe haber sido congelado a -20ºC durante unas 24 o 48 horas.
- La mayonesa casera, las tortillas poco cocinadas o las cremas y los postres elaborados con huevo crudo.
- El tabaco.
- El alcohol, aunque es recomendable la cerveza 0,0 por su aporte de vitaminas, antioxidantes y minerales, pero no la 'sin' ya que lleva algo de alcohol.
CLAVES PARA UN EMBARAZO 10
- La hidratación, la piel se estira para adaptarse al útero por lo que el uso continuo de crema hidratante y la ingesta de agua son dos hábitos que habrá que incorporar a nuestras vidas con mayor asiduidad.
- Es falso el mito de que se debe comer por dos, es recomendable tener una dieta rica y equilibrada. Se aconseja la ingesta de siete porciones de fruta y verdura al día y cuidando algunos nutrientes para el crecimiento del bebé como el calcio, el hierro, el ácido fólico, la vitamina C, la vitamina D, ácidos grasos esenciales y Omega 3.
- Un poco de ejercicio para una mejor recuperación tras el parto siempre y cuando no haya complicaciones gestacionales o que el propio especialista considere oportuno el reposo por el motivo que sea.