MADRID, 3 Abr. (EDIZIONES) -
La placenta alberga al bebé durante la gestación. Es la que le alimenta y protege y va creciendo durante los meses de embarazo, como así lo hace el bebé. Hay ocasiones en las que surge un problema llamado 'placenta previa', esto es que la placenta crece en la parte inferior del útero, cubriendo así la abertura del cuello uterino, de forma parcial o completa, que es por donde el bebé debería nacer. ¿Qué sucede entonces?
"Una placenta previa puede ocluir de forma completa o parcial dicho orificio, lo cual nos marcará la actitud a seguir en el momento del parto, puesto que si es una placenta que ocluye de forma completa el orificio, un parto vaginal no sería posible y nos veríamos obligados a indicar una cesárea para el nacimiento del bebé", subraya en una entrevista con Infosalus Daniel Campanero Valbuena, residente de tercer año de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario de Fuenlabrada.
Eso sí, el doctor Campanero lamenta que a día de hoy se desconocen las causas de este 'fenómeno', si bien precisa que existen determinadas hipótesis que podrían explicar el proceso: "Una de ellas se sustenta en que debido a la mala vascularización de las zonas superiores uterinas resultante de procesos quirúrgicos previos, o de embarazos múltiples, promueve que el crecimiento del trofoblasto sea unidireccional hacia la parte inferior uterina".
CUALES SON SUS SÍNTOMAS Y FACTORES DE RIESGO
Dice el residente de tercer año de Obstetricia del citado hospital madrileño que el principal síntoma es el sangrado aislado, normalmente "un sangrado rojo brillante" que tiene un origen materno.
"En un 10-30% de los casos va a asociado a contracciones uterinas, por lo tanto es más frecuente que encontremos dicho sangrado en el segundo y tercer trimestre, que es cuando tendremos de forma mas habitual contracciones, bien las llamadas de 'Braxton Hicks' (contracciones aisladas que preparan al útero para el momento del parto) o bien las contracciones propias del parto", agrega.
¿Hay factores de riesgo que pueden predisponer a la futura parturienta? Sostiene que sí, y cita al haber tenido una cesárea previa, u otras cicatrices uterinas, derivadas por ejemplo de la extirpación de un mioma, de un legrado, o de una extracción manual de placenta en partos anteriores, etc.
"Otros factores de riesgo son la edad avanzada, el tabaquismo, la raza negra y asiática, la multiparidad, presentar una gestación múltiple, o haber realizado un tratamiento de reproducción asistida", agrega.
CÓMO AFECTA LA PLACENTA PREVIA AL BEBÉ
Ante estas situaciones una de las mayores preocupaciones de la madre es cómo estará el bebé. Daniel Campanero Valbuena indica que, debido a la localización de la placenta se pueden dar lugar a malpresentaciones fetales en el momento del parto, a la vez que se puede encontrar un mayor riesgo de rotura prematura de membranas y como consiguiente una prematuridad del recién nacido.
Como consecuencia del sangrado materno, según afirma, hay casos donde tiene lugar el sufrimiento fetal, que obligaría a finalizar de forma urgente la gestación por riesgo de pérdida de bienestar fetal.
Se trata de una afección que normalmente suele detectarse a partir del segundo trimestre del embarazo, habitualmente en la ecografía de la semana 20, donde el especialista se cerciora de que no existen malformaciones fetales y se describe la localización de la placenta, detalla el doctor.
En este contexto, remarca que se puede prevenir la placenta previa, por ejemplo, haciendo hincapié en factores modificables como son el tabaco. "Luego existen otros factores no modificables como son la raza y la edad sobre los que no podríamos actuar", advierte.
¿QUE DEBEN HACER LAS EMBARAZADAS CON PLACENTA PREVIA?
Ante esta situación de placenta previa, que complica un poco el embarazo, este doctor subraya que lo indicado generalmente suele ser el reposo relativo, llevar una vida tranquila, y no realizar esfuerzos como coger peso. También se recomienda no mantener relaciones sexuales vía vaginal para evitar que se produzca un sangrado.
"Es muy importante que las gestantes con placenta previa sepan que en el momento cercano al parto deben acudir al hospital sin demorarse cuando comiencen con contracciones regulares y dolorosas, por el riesgo de sangrado asociado a las mismas y a la dilatación cervical", agrega.
A la hora de enfocar el parto, el residente de Obstetricia y Ginecología apunta que no siempre se realiza una cesárea en todos los casos de placenta previa: "Esto va a depender de si la placenta es oclusiva total o no. En el caso de que sea oclusiva sí programaremos una cesárea a la semana 37-38, puesto que el canal cervical estaría ocluido por la placenta y no se podría producir un parto vaginal".
Con ello, recuerda que para confirmar el subtipo de placenta previa que presenta la paciente se suele realizar un control ecográfico adicional en torno a la semana 32, puesto que existen placentas previas oclusivas totales que se diagnostican de forma temprana en la semana 20, pero que con el crecimiento uterino ascienden dejando de ser para entonces oclusivas, y facilitando en última instancia un parto vaginal.