MADRID 23 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres embarazadas pueden ser especialmente vulnerables a desarrollar casos más graves de COVID-19 después de la infección por SARS-CoV-2, pero se sabe poco sobre su respuesta inmune o cómo puede afectar a su descendencia. Un estudio publicado en 'JAMA Network Open' señala que las embarazadas infectadas no transmiten virus a los recién nacidos pero tienen menos anticuerpos de los esperados.
Un grupo dirigido por investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH) proporciona con su estudio nuevos conocimientos que podrían ayudar a mejorar la atención de estas mujeres y sus recién nacidos y enfatiza la necesidad de que las mujeres embarazadas sean consideradas en los planes de implementación de vacunas.
El estudio incluyó a 127 mujeres embarazadas en su tercer trimestre que recibieron atención en tres hospitales de Boston entre el 2 de abril y el 13 de junio de 2020. Entre las 64 mujeres que dieron positivo al SARS-CoV-2, los investigadores no detectaron virus en la sangre materna o del cordón umbilical (a pesar de la detección en el sistema respiratorio de la mujer), no hay signos del virus en las placentas y no hay evidencia de transmisión viral a los recién nacidos.
Los investigadores sospechan que la transmisión al feto puede bloquearse no solo debido a la falta de virus en la sangre de la madre, sino también porque las principales moléculas que utiliza el SARS-CoV-2 para ingresar a las células (receptor ACE2 y enzima TMPRSS2) a menudo son no ubicados físicamente juntos en la placenta.
La mayoría de las mujeres que dieron positivo desarrollaron respuestas de anticuerpos contra las proteínas del SARS-CoV-2, pero la transferencia de madre a recién nacido de anticuerpos anti-SARS-CoV-2 a través de la placenta fue significativamente menor que la transferencia de anticuerpos anti-gripe.
"Nuestro hallazgo de una transferencia comprometida de la madre al bebé de anticuerpos específicos del SARS-CoV-2 en las infecciones del tercer trimestre tiene implicaciones para la administración de la vacuna materna --explica--. Específicamente, destaca que las mujeres embarazadas son una población clave a considerar en los lanzamientos de vacunas".
"También plantea preguntas sobre el momento óptimo de administración de la vacuna para apoyar mejor la inmunidad materna y neonatal", añade la autora principal Andrea Edlow, especialista en medicina materno-fetal en MGH y profesora asistente de obstetricia, ginecología y biología reproductiva en la Facultad de Medicina de Harvard.
Edlow señala que la transferencia transplacentaria de anticuerpos al feto es típicamente más alta en el tercer trimestre, por lo que fue inesperado ver una transferencia significativamente reducida de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en comparación con los de la gripe.
"Comprender los mecanismos que subyacen a esta transferencia ineficaz de anticuerpos específicos del SARS-CoV-2 después de la infección del tercer trimestre, así como comprender si los anticuerpos generados por la vacuna tienen propiedades iguales o diferentes a las de la infección real con el virus, serán direcciones fundamentales para futuras investigaciones", concluye.