MADRID, 6 Mar. (INFOSALUS) -
Cuando hablamos de sofocos en la mujer solemos relacionarlos con la menopausia, y la imagen que nos viene a la cabeza es la de una mujer mayor, también podemos pensar en una mujer embarazada, pues es común padecer esa sensación de calor en la recta final de la gestación.
Sin embargo, en ocasiones, aparecen de manera continuada en mujeres a una edad temprana que no cumplen los dos estados anteriores, en estos casos se ha observado que podría ser señal de mayor riesgo cardiovascular.
Las mujeres que experimentan sofocos de forma temprana en la vida parecen tener una peor función endotelial --la primera señal de enfermedad cardiovascular-- en comparación con aquellas que sufren sofocos más tarde o no los tienen, según dos nuevos estudios programados para su presentación sofocos en la 64 Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología que se celebra en San Diego, Estados Unidos.
"Tendemos a pensar en los sofocos como únicamente una cuestión de calidad de vida, pero estos estudios --sobre la base de los datos de dos muestras muy diferentes-- lo pone en tela de juicio", señala la autora principal de los trabajos, Rebecca C. Thurston, profesora asociada de Psiquiatría, Psicología y Epidemiología de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos. "Los sofocos parecen ser más tóxicos en las mujeres jóvenes que en las de más edad", alerta.
La investigación sugiere que el comienzo de los primeros sofocos puede servir como una señal de alerta para ayudar a identificar a las mujeres con mayor riesgo cardiovascular, según Thurston. Los estudios, financiados por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de Estados Unidos, se suman a los estudios que vinculan los sofocos con el riesgo cardiovascular emergente y la disfunción endotelial en particular.
En el primero de los dos estudios, los investigadores reclutaron a 189 mujeres peri o postmenopáusicas sanas y examinaron la relación entre los sofocos y la dilatación mediada por flujo (DMF), un marcador de la función endotelial que pone a prueba cómo se dilatan los vasos sanguíneos en respuesta al estrés en la pared del vaso. A diferencia de otros similares que se han basado sólo en la autoevaluación de los sofocos, las mujeres en este estudio usaron un monitor de 24 horas para confirmar y cuantificar los sofocos. La dilatación mediada por flujo se evaluó a través de una ecografía no invasiva de la arteria braquial en el antebrazo.
Más sofocos durante un periodo de 24 horas se asociaron con dilatación mediada por flujo significativamente menor y, por tanto, peor función endotelial en mujeres más jóvenes, definidas en este trabajo como de 52 años y menores, pero los sofocos no estaban relacionados con una alerta temprana de enfermedad cardiaca en las mujeres mayores. Los resultados siguieron siendo significativos incluso después de controlar por edad, raza, uso de hormonas anterior, etapa de la menopausia e índice de masa corporal.
TENÍAN DIEZ O MÁS SOFOCOS AL DÍA
Parece que el número de sofocos importa demasiado. En promedio, las participantes en este estudio tenían nueve sofocos en las 24 horas durante las que fueron monitoreadas. Tener cualquier número de sofocos a una edad más joven se relacionó con una reducción del 3 por ciento en la dilatación mediada por el flujo en comparación con las mujeres más jóvenes que no presentan síntomas, algo que Thurston dice que es clínicamente significativo.
En particular, la dilatación mediada por el flujo en las mujeres más jóvenes que tenían diez o más sofocos al día se redujo casi a la mitad en comparación con las mujeres más jóvenes sin sofocos, indicando que cuando más sofocos sufrían estas mujeres, más evidencia había de disfunción endotelial.
"La función endotelial es muy importante para la salud vascular y es a menudo la primera cosa en el proceso aterosclerótico, así que es un marcador precoz del riesgo cardiovascular", apunta Thurston. El endotelio es una membrana delgada que recubre el interior del corazón y los vasos sanguíneos y que ayuda a regular la coagulación sanguínea, la función inmune, la inflamación y la formación de nuevos vasos sanguíneos. Se sabe que una función endotelial deficiente juega un papel en el desarrollo de la enfermedad de la arteria coronaria y otras patologías de las arterias.
El segundo estudio valida aún más los resultados, pero en las mujeres de más edad que ya tenían signos de enfermedad cardiaca y no estaban en terapia hormonal. Los investigadores evaluaron a 104 mujeres posmenopáusicas con una edad promedio de 67 años que se inscribieron en el estudio 'Evaluación del síndrome isquémico en la mujer', que fue diseñado para entender más los patrones específicos de la mujer de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Se midieron los sofocos mediante un cuestionario y las mujeres se agruparon en base a los recuerdos de sus sofocos: nunca, aparición temprana (42 años o menos) o inicio tradicional (después de los 42 años). Las mujeres que tenían un inicio temprano de los primeros sofocos presentaban una dilatación mediada por flujo significativamente menor, lo que sugiere una función endotelial más pobre en comparación con aquellas cuyos síntomas comenzaron después.
Este hallazgo siguió siendo significativo incluso después de controlar por edad, raza, uso de hormonas antes y enfermedad coronaria obstructiva. No hubo diferencias en la dilatación mediada por flujo entre las mujeres que nunca habían tenido sofocos y las que los experimentaron después de los 42 años.
"Los sofocos se producen en un momento en la vida de una mujer en el que su riesgo de enfermedades del corazón aumenta --plantea Thurston--. Debido a que los algoritmos actuales de riesgo cardiovascular no siempre predicen bien la enfermedad cardiovascular clínica para las mujeres de mediana edad, entender mejor el papel que los síntomas vasomotores podría desempeñar en la salud vascular podría ayudar a identificar a las mujeres en mayor riesgo".