MADRID, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres con incontinencia urinaria persistente podrían evitar las pruebas invasivas de presión de vejiga, según una nueva investigación de la de la Universidad de Aberdeen (Escocia, Reino Unido), que demuestra cómo una variedad de evaluaciones no invasivas funcionan igual de bien para guiar el tratamiento.
Los resultados del ensayo, denominado FUTURE, se presentan en el Congreso de la Asociación Europea de Urología (EAU) en Madrid y se publican en 'The Lancet'.
El estudio del Reino Unido es el primer ensayo controlado aleatorizado del mundo sobre la eficacia clínica y la rentabilidad de las pruebas urodinámicas invasivas. Se centra en un grupo de mujeres con tipos específicos de vejiga hiperactiva o incontinencia urinaria de urgencia que no responden bien a los tratamientos iniciales.
Estos tratamientos de primera línea incluyen ejercicios del suelo pélvico, reentrenamiento vesical y tratamientos farmacológicos. La derivación a pruebas urodinámicas invasivas puede determinar si la afección se debe a una hiperactividad del músculo detrusor vesical. Las guías del Reino Unido y Europa recomiendan estas pruebas antes de proceder a tratamientos invasivos como la estimulación del nervio sacro o la inyección de toxina botulínica A directamente en la pared vesical.
Para este grupo de mujeres, las pruebas urodinámicas invasivas se han utilizado comúnmente en la práctica clínica durante más de 40 años. Estas evalúan la capacidad de la vejiga para almacenar y expulsar la orina, y pueden resultar incómodas para muchas. Las pruebas consisten en llenar la vejiga con agua mediante un catéter que se inserta en ella. Se inserta otro catéter en la vagina o el recto para medir la presión dentro de la vejiga y el abdomen.
Se cree que la Evaluación Clínica Integral (ECI) para la incontinencia femenina revela información igualmente útil para guiar el tratamiento sin necesidad de pruebas invasivas. La EIC incluye un cuestionario médico detallado, una exploración física exhaustiva, un diario urinario y una prueba de la tos para evaluar la incontinencia de esfuerzo. También puede incluir un análisis de orina y una prueba para medir la cantidad de orina que queda en la vejiga después de orinar.
Para determinar si las pruebas urodinámicas llevarían a que los pacientes informaran resultados exitosos de su tratamiento, en comparación con los planes de tratamiento guiados por ECI, el ensayo FUTURE reclutó a 1099 mujeres en 63 hospitales del Reino Unido.
Se incluyeron en el ensayo mujeres con vejiga hiperactiva o incontinencia urinaria, caracterizada predominantemente por urgencia urinaria repentina, que no respondía a los tratamientos de primera línea. Las participantes fueron aleatorizadas para someterse a pruebas urodinámicas invasivas más una ECI, o solo a una ECI.
Durante un período de seguimiento de 15 a 24 meses, se pidió a las participantes que informaran sobre el éxito del tratamiento ofrecido. El ensayo no encontró diferencias significativas entre las dos formas de evaluación: el 23,6 % de las mujeres reportaron una mejora considerable de sus síntomas en el grupo de urodinámica, frente al 22,7 % en el grupo de ECI únicamente. Esto demuestra que ambas evaluaciones ofrecen resultados similares.
Las mujeres que solo se sometieron a ECI también informaron una mejoría más temprana de sus síntomas. El 13% de las mujeres que se sometieron a urodinámica tuvieron su diagnóstico cambiado a incontinencia de esfuerzo urodinámica y su plan de tratamiento cambió en consecuencia. Por tanto, los investigadores sugieren que los médicos ahora pueden ser más selectivos a la hora de determinar a quién derivar a pruebas urodinámicas invasivas.
El investigador principal, el profesor Mohamed Abdel-Fattah, director del Centro de Investigación en Salud Femenina de Aberdeen, de la Universidad de Aberdeen, subraya: "Las pruebas urodinámicas invasivas pueden ser procedimientos incómodos y embarazosos. Para muchas mujeres que tienen dificultades para encontrar un tratamiento eficaz para este tipo de incontinencia urinaria, nuestro ensayo demuestra que ya no tienen que pasar por esa experiencia para lograr una mejora en sus síntomas y su calidad de vida".
"Si bien las mujeres que se sometieron a pruebas urodinámicas invasivas recibieron tratamientos más personalizados según el resultado de la prueba, esto no se tradujo en mejores tasas de éxito informadas por las pacientes después de los tratamientos, una mayor mejora en la calidad de vida de las mujeres o menos eventos adversos. Está claro que, en esta cohorte de mujeres, las evaluaciones clínicas integrales por sí solas brindan suficiente información para ayudar a diseñar un plan de tratamiento exitoso para aquellas que no responden a los tratamientos de primera línea, por lo que los médicos pueden ser mucho más selectivos sobre a quién se deriva para urodinámica", concluyen los investigadores.