MADRID 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres que seguían la mayoría de los aspectos de un estilo de vida saludable, incluido un peso corporal saludable, no fumar, hacer ejercicio con regularidad, dormir lo suficiente, una dieta de alta calidad y un consumo moderado de alcohol, tenían aproximadamente la mitad de riesgo de COVID prolongado en comparación con las mujeres sin ningún factor de estilo de vida saludable, según un estudio dirigido por la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, en Estados Unidos.
"Con las continuas oleadas de COVID-19, el COVID largo ha creado una grave carga para la salud pública. Nuestros hallazgos plantean la posibilidad de que la adopción de comportamientos más saludables pueda reducir el riesgo de desarrollar COVID largo", afirma Andrea Roberts, investigadora científica principal del Departamento de Salud Medioambiental y autora principal del estudio, publicado en la revista 'JAMA Internal Medicine'.
Los investigadores analizaron los datos de más de 32.000 enfermeras del Nurses' Health Study II, que informaron sobre su estilo de vida en 2015 y 2017 y notificaron antecedentes de infección por SARS-CoV-2 entre abril de 2020 y noviembre de 2021.
Durante ese tiempo, más de 1.900 participantes contrajeron COVID-19. Entre ellas, el 44% desarrolló COVID largo. En comparación con las mujeres sin ningún factor de estilo de vida saludable, las que tenían cinco o seis presentaban un 49% menos de riesgo de COVID largo. Entre los seis factores de estilo de vida, mantener un peso corporal saludable y dormir lo suficiente (entre siete y nueve horas diarias) fueron los que más se asociaron con un menor riesgo de COVID prolongada.
Los resultados también mostraron que, incluso entre las mujeres que desarrollaron COVID prolongado, las que tenían un estilo de vida más saludable antes de la infección presentaban un 30% menos de riesgo de tener síntomas que interfirieran en su vida diaria.
Los autores señalan que una posible explicación de las asociaciones que observaron es que, según investigaciones anteriores, un estilo de vida poco saludable se asocia con un mayor riesgo de inflamación crónica y desregulación inmunitaria, que se han relacionado con un mayor riesgo de COVID prolongado.
"En las últimas décadas, los científicos han acumulado pruebas de que un estilo de vida saludable es bueno para la salud en general. Sin embargo, en Estados Unidos, por ejemplo, el 70% de la población no tiene un peso corporal saludable y el 30% no duerme lo suficiente. Los resultados de este estudio sugieren que unos simples cambios en el estilo de vida, como dormir lo suficiente, pueden ser beneficiosos para la prevención del COVID prolongado", afirma Siwen Wang, autora principal e investigadora del Departamento de Nutrición.