MADRID, 19 Jul. (EUROPA PRESS) -
Aunque todavía no está muy extendido en nuestro país, sí que se está poniendo cada vez más de moda el dar a luz en el agua, una práctica, por el contrario, súper extendida por ejemplo en nuestra vecina Inglaterra, en los países nórdicos, Canadá o Australia.
Según reconoce la doctora Irene Fernández Buhigas, ginecóloga del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Torrejón (Madrid), uno de los centros sanitarios públicos españoles pioneros en esta práctica, por Cataluña y Valencia sí hay clínicas que facilitan el alumbramiento en el agua desde hace tiempo porque tienen una mentalidad de la obstetricia "más abierta", si bien en el resto de España no está tan extendido.
Además, señala que, a nivel privado, sí hay clínicas desde hace tiempo que trabajan con el parto en el agua, aunque en España es minoritario; a su juicio también por el desconocimiento sobre el tema.
Mientras, Laia Casadevall es una matrona española formada en Inglaterra con referentes a nivel internacional en la asistencia de partos en el agua. Considera que en España en esta materia "se ha empezado la casa por el tejado", al poner bañeras en muchos hospitales públicos pero sin ofrecer la formación pertinente a los profesionales. Además, considera que muchos colectivos sanitarios a día de hoy "siguen sin tenerlo claro" por "la falta de actualización profesional".
Dice que en la mayor parte de las instalaciones se permite la dilatación en el agua, pero para el expulsivo la mujer tiene que salir del agua. "Hay muchos mitos y prejuicios en torno al parto en el agua en este país por la falta de actualización profesional. Es una práctica segura, que reduce el riesgo de intervenciones. Al final se benefician tanto la madre como el bebé, pero también el sistema; pero aquí cuestan los cambios, aunque está normalizado en otros países, como Inglaterra, países nórdicos, Australia o Canadá; todos ellos países con unas tasas muy inferiores de epidural", asegura.
Casadevall acaba de publicar precisamente 'Guía para un embarazo consciente' (Vergara), un manual con el que pretende responder a todo lo que se necesita para tomar las riendas en el embarazo y en el parto, y en el que precisamente concede un apartado al parto en el agua, en el que ella está ampliamente formada como matrona independiente por la City University de London. De hecho, hoy en día atiende partos en el agua y forma parte de la junta directiva de la Asociación de Matronas del Parto en Casa de Cataluña (ALPAAC).
VENTAJAS DE PARIR EN EL AGUA
Así, esta experta en partos en el agua nos aclara que dar a luz en el agua ofrece unas ventajas: "El agua alivia mucho el dolor en el parto, es como la epidural del parto natural cuya eficacia muestra la evidencia científica; además permite la movilidad del cuerpo en el agua, la mujer flota menos y tiene una mayor libertad de posturas; aparte de que con el agua caliente el cuerpo se relaja, y se ha visto que los partos fluyen mejor, así como la experiencia maternal del alumbramiento es mejor".
No está asociada a efectos adversos ni para la madre, ni para el hijo, según recalca, y un alumbramiento en el agua no conlleva un mayor riesgo de infección o de problemas para el bebé que un parto convencional.
"Facilita la movilidad, reduce el riesgo de intervenciones como los tactos vaginales, o las episotomias, el riesgo de rasgo perineal, la rotura de bolsa, el uso de oxitocina, los partos fluyen más rápidos y para la mujer existe una mayor libertad de movimiento. Es una fantástica opción para el manejo del dolor del parto y para el bebé no se observa un mayor riesgo, sino que los resultados son similares a los del parto fuera del agua", celebra la matrona.
Se trata de una técnica que no emplea la epidural, de forma que tiene lugar un parto fisiológico (natural), siendo mayores las ventajas tanto para la madre como para el bebé, según resalta: "Una recuperación rapidísima, te puedes duchar, sentarte a pasear, estás perfecta y con subidón de oxitocina y estás radiante y en cambio si tienes el parto medicalizado necesitas una recuperación después mayor, que puede ser más rápida o lenta, pero no comparable con un parto fisiológico".
A su vez indica que sí se puede emplear el óxido nitroso o famoso gas de la risa, un tipo de método farmacológico de alivio al dolor, y también es compatible con otros no farmacológicos como el masaje, o la aromaterapia por ejemplo.
CRITERIOS PARA EL PARTO EN EL AGUA
Desde la perspectiva ginecológica, en el Hospital de Torrejón, la doctora Fernández Buhigas subraya que entienden el parto como un proceso donde se debe buscar que madre e hijo estén lo mejor posible. Para ello, se ofrecen todas las alternativas para un parto seguro y todo aquello que pueda ayudarle en el trabajo de parto. Entre ellos menciona a las duchas de agua, la epidural, o el parto en el agua, por ejemplo.
"El parto en el agua es seguro siempre que se cumplan unos criterios: no puede hacerlo cualquier mujer, sino aquellas de bajo riesgo; debe cumplirse igualmente que el embarazo haya ido todo bien; que se encuentren bien en el momento del parto; aparte de que la madre así lo desee", explica la ginecóloga del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Torrejón.
A juicio de Fernández Buhigas el éxito del parto en el agua depende de que se cumpla bien el requisito de buena monitorización por parte de la matrona, por si surgiera alguna complicación se pudiera revertir rápidamente el proceso, "y por eso también que se haga desde un hospital, y eso le hace que sea aún más seguro".
"Si todo va bien, el parto en el agua es método analgésico para la mujer. El agua caliente es analgesia. Si te metes en el agua, como no tienes que tener tanto peso, flotas, te ayuda a pasarlo mejor, el dolor cólico de la contracción se alivia, de forma que se ayuda a la progresión del parto porque la mujer también se relaja. Es una muy buena opción para aquellas mujeres que quieren vivir su parto sin la epidural", agrega.
Ahora bien, sobre el momento del expulsivo dice que no hay mucho consenso todavía, si bien sostiene que si la mujer está a gusto no tiene por qué salir del agua. "El agua caliente hace que el periné se distiende más y no haya más desgarros en el agua que fuera. El bebe según nace, sale de la bolsa de agua y sale igual que estaba, a un medio líquido, con lo cual no se ahoga. Es una transición más lenta y menos agresiva al mundo exterior, que salir a un medio, al aire frío, sino que va poco a poco y sale primero al agua caliente y después de los brazos de mama a respirar, y una vez respira se queda con mamá en piel con piel. Es un parto seguro siempre que se cumplan los criterios antes citados", prosigue.
La doctora Irene Fernández Buhigas resalta en este punto la "amplia experiencia de Inglaterra", donde también emplean el agua para inducir los partos. "Si hacemos una revisión de la literatura científica, se observa que mediante una correcta selección de casos, el parto en el agua puede ser tan seguro como cualquier otro. El problema viene de querer utilizar el agua para todo el proceso, igual que usar la epidural en todos los partos. Bien usadas las herramientas, bien seleccionados los casos de partos en el agua, las madres están encantadísimas, y con la misma seguridad que en los procedimientos más convencionales", sentencia la ginecóloga.
En última instancia, Casadevall confiesa que ha parido en el agua y a su juicio "fue maravilloso" y asegura que no lo cambiaría para nada. Afirma que no le encuentra ningún inconveniente, ya que en su opinión es un procedimiento "muy relajante, muy aliviante, y muy cómodo".