Es cada vez más frecuente que los españoles usemos férulas. No obstante, debemos tener mucho cuidado y hacerlo, siempre, bajo la prescripción de un especialista en la materia. De hecho, han sido varias las ocasiones en las que los dentistas han denunciado ante el Gobierno y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) los riesgos de la venta directa al paciente, por ejemplo, de férulas de descarga para tratar el bruxismo, y sin contar con el diagnóstico ni la supervisión de un dentista.