Un artículo científico advierte de la existencia de cuentas con información sensible y dañina para estos pacientes
MÁLAGA, 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los Trastornos de Conducta Alimenticia (TCA) encuentran en las redes sociales las grietas por las que adentrarse para reforzar los comportamientos dañinos para la salud de las personas que los padecen. Así lo demuestra el reciente estudio publicado recientemente en la revista científica 'Frontiers' por cuatro investigadores malagueños titulado 'Problematic Internet use and its relationship with eating disorders' (Uso problemático de Internet y su relación con los desórdenes alimenticios) y que ha sido presentado este martes en rueda de prensa en el Colegio de Médicos de Málaga (Commálaga).
Los autores del estudio son los doctores José Miguel Pena Andreu, Andrés Fontalba Navas, Raquel Cueto Galán y Claudia Ruiz Centeno, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga y médicos colegiados en el Commálaga. Además, los doctores Pena y Fontalba pertenecen a la Junta Directiva del Colegio de Médicos de Málaga.
"Uno de los objetivos de la publicación fue ahondar en Internet y determinadas redes sociales para demostrar que pueden ser un arma peligrosa en los pacientes con TCA, trastornos de salud mental que menoscaban seriamente también la salud física de quien lo padece. Los TCA mayoritarios son la anorexia y la bulimia", ha explicado el doctor Pena, quien recordó que el Colegio de Médicos acogió la rueda de prensa porque esta investigación va en la línea del grupo de trabajo que la corporación malagueña puso en marcha el año pasado para concienciar a la ciudadanía de un uso responsable de las pantallas.
Los investigadores analizaron de forma cualitativa el contenido con palabras claves en las redes sociales más utilizadas por adolescentes y jóvenes adultos y entender cómo el contenido que se comparte afecta a individuos con TCA o en riesgo de desarrollarlos.
El estudio siguió las directrices actuales de investigación cualitativa. Se realizó un muestreo intencional no aleatorio, analizando 57 recursos de seis plataformas digitales: TikTok, Instagram, Google blogs, Telegram, Facebook y Twitter. Los recursos seleccionados incluían videos, imágenes, entradas de blogs, mensajes de chat, archivos PDF y descripciones de grupos, todos con contenido que fomenta la anorexia y la bulimia en inglés o español.
"El estudio encontró que este tipo de contenidos en redes sociales perpetúa comportamientos peligrosos y refuerza la insatisfacción corporal, especialmente entre mujeres jóvenes. La pandemia de Covid-19 exacerbó el uso de redes sociales, aumentando la insatisfacción corporal y el temor a perderse eventos sociales o estar ausente, lo que responde a las siglas FOMO, en inglés Fear Of Missing Out, lo que agravó los trastornos alimenticios", relata el doctor Fontalba.
El uso problemático de Internet y el consumo de contenido que favorece la anorexia y la bulimia están asociados con el desarrollo y agravamiento de los TCA. El estudio concluyó que es crucial que profesionales de la salud, educadores y plataformas digitales colaboren para abordar la difusión de este contenido, implementar medidas preventivas y promover la alfabetización digital y la conciencia entre adolescentes y adultos jóvenes.
INCURSIÓN EN LAS REDES
Los resultados del análisis revelaron cuatro categorías principales que se pudieron desgranar después de que una de las investigadoras, la doctora Ruiz, se adentrase en los foros y redes sociales. Buceando en el contenido que comparten las usuarias (en su mayoría son mujeres) descubrió los puntos clave: por un lado la imagen corporal y referencias sobre el peso, con una constante aspiración a la delgadez extrema, y la promoción de la delgadez como sinónimo de éxito y perfección, con imágenes del 'antes y después' así como relatos de autolesiones.
Además, otro punto clave son los consejos y trucos relacionados con la alimentación, que destacan la importancia de las calorías y recomiendan aplicaciones para contarlas, promueven métodos para perder peso poco saludables, y sugieren sustitutos saciantes bajos en calorías.
Otro punto clave hallado en esta investigación es el uso de la autoridad como forma de comunicación. Y es que en los foros predomina una comunicación paternalista y autoritaria, con una persona liderando y el resto obedeciendo. Y también se emplean discursos imperativos y despectivos con directrices en formato de mandamientos.
Por último, hay una retroalimentación y apoyo comunitario, de forma que los usuarios comparten sus progresos y reciben apoyo del grupo para "mantenerse fuertes", y se crean lazos sociales fuertes entre personas en situaciones de vulnerabilidad similar, lo que fomenta comportamientos peligrosos.
RECOMENDACIONES
La doctora Cueto explica que el estudio también incluye una serie de recomendaciones, divididas en tres bloques, encaminadas a prevenir los trastornos de conducta alimenticia y concienciar a la ciudadanía de los riesgos que conllevan.
Por un lado, intervenciones dirigidas, es decir, desarrollar intervenciones específicas para mitigar las consecuencias negativas del contenido que promueve la anorexia y la bulimia.
También la colaboración multidisciplinar, con lo que se pretende fomentar la colaboración entre profesionales de la salud, educadores y plataformas digitales.
Y la promoción de la alfabetización digital, es decir, educar a los jóvenes sobre los riesgos de este tipo de contenidos y la importancia de una imagen corporal saludable.
El estudio subraya la necesidad de entender la naturaleza de este contenido y su impacto potencial para desarrollar estrategias efectivas que protejan a los individuos vulnerables de los efectos perjudiciales del uso problemático de Internet.
EL COLEGIO DE MÉDICOS PIDE UNA LEGISLACIÓN MÁS DURA
El Colegio de Médicos de Málaga tiene pensado, al igual que lo hizo advirtiendo sobre los riesgos para la salud del consumo excesivo de pantallas en menores, comparecer de nuevo ante el Parlamento de Andalucía para exponer los resultados de este estudio ante los parlamentarios andaluces.
La corporación malagueña no descarta tampoco hacerlo a nivel nacional, ante la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, con el objetivo de solicitar una mayor regulación de Internet y contenido de redes sociales para evitar que esta información tan dañina para la salud llegue a la ciudadanía.