¿Está tu carne y leche realmente libre de hormonas? La verdad que debes saber

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MADRID, 13 Ene. (EDIZIONES) -

La respuesta corta es que en la Unión Europea, y en muchos otros países con regulaciones similares, la presencia de residuos de hormonas y de antibióticos en la carne y en la leche está estrictamente controlada y es muy poco probable.

Así lo afirma en una entrevista con Europa Press Infosalus el el catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Murcia, y miembro de la Sociedad Española de Nutrición, Gaspar Ros Berruezo, quien insiste en que “en España, como en el resto de países de la UE, está garantizado que tanto la carne como la leche, así como sus productos derivados, están exentos de residuos de hormonas y de antibióticos.

Según explica, en la Unión Europea, incluyendo España, está prohibido el uso de hormonas para estimular el crecimiento, o el engorde de animales de granja. Esta normativa lleva más de 40 años en vigor, garantizando que la carne y la leche que consumimos no contengan residuos de estas sustancias.

“Desde 1981, con la Directiva 81/602/CEE y posteriormente el Reglamento 1831/2003, sólo se permite el uso de hormonas en casos muy específicos, como tratamientos veterinarios terapéuticos o zootécnicos, por ejemplo, para inducir el celo en animales reproductores. En estas situaciones, el uso está estrictamente regulado y debe respetarse un periodo de supresión, que asegura que no queden residuos en los productos destinados al consumo humano”, asevera el también director de la Cátedra de Seguridad y Sostenibilidad Alimentaria de la Universidad de Murcia.

Para garantizar la seguridad de los alimentos, sostiene este experto que las autoridades realizan controles periódicos siguiendo el Reglamento (UE) 2017/625, dentro de los planes nacionales de residuos: “Estos análisis verifican la ausencia de sustancias prohibidas, incluidas las hormonas, asegurando que los alimentos sean seguros para los consumidores”.

CALIDAD Y SEGURIDAD DE LOS ALIMENTOS EN EUROPA

Pero es que Ros Berruezo reseña que, en los casos en que se detecten residuos, los productos se retiran inmediatamente del mercado y se imponen sanciones severas a los responsables: “Esta normativa y los controles estrictos ofrecen una garantía adicional para los consumidores, reforzando la confianza en la calidad y en la seguridad de los alimentos en Europa”.

En el caso del uso de antibióticos como promotores del crecimiento en animales destinados a la producción de alimentos precisa el miembro de la Sociedad Española de Nutrición, el empleo de estos productos está prohibido desde 2006, de acuerdo con el Reglamento 1831/2003: “Los antibióticos sólo se permiten para tratar infecciones, o para prevenir brotes en situaciones muy específicas, siempre bajo la supervisión veterinaria, y respetando estrictos protocolos de uso”.

QUÉ SUCEDE CON LOS RESIDUOS DE ANTIBIÓTICOS

En cuanto a la seguridad alimentaria, este experto en nutrición mantiene que los residuos de antibióticos en carne y en la leche no pueden superar los Límites Máximos de Residuos (LMR) (concentración máxima permitida por ley de un medicamento veterinario, como los antibióticos, o de sus metabolitos en los alimentos de origen animal) establecidos por la normativa europea, como se detalla en el Reglamento (UE) 37/2010.

“Para garantizar este cumplimiento, los veterinarios deben respetar los periodos de supresión o de espera tras la administración de medicamentos, evitando que los residuos lleguen a los alimentos que se comercializan”, mantiene.

En España, subraya en este contexto el experto que el Plan Nacional de Investigación de Residuos (PNIR) desempeña un papel fundamental en la supervisión de residuos de medicamentos veterinarios, incluidos los antibióticos: “Este plan realiza muestreos en mataderos, en granjas, y en productos importados, para verificar el cumplimiento de la normativa. Los resultados de estos controles reflejan un alto nivel de seguridad en los alimentos: en 2022, por ejemplo, más del 99% de las muestras analizadas cumplieron con los requisitos legales. Esto refuerza la confianza de los consumidores en la calidad y en la seguridad de la carne y de la leche producidas y comercializadas en España, y en el resto de la Unión Europea”.

No obstante, si advierte Ros Berruezo que, en las ocasiones en la que se han detectado residuos de antibióticos en alimentos, aunque en niveles generalmente bajos y dentro de los límites legales, los principales antibióticos detectados incluyen tetraciclinas, sulfonamidas, macrólidos y -lactámicos, como las penicilinas. “Las infracciones suelen deberse a un mal manejo de los tiempos de retirada de medicamentos, o al uso indebido de fármacos, situaciones que son detectadas a través de controles oficiales”, remarca.

REDUCIR LOS RIESGOS

La Unión Europea, tal y como afirma en este sentido el miembro de la SEÑ, cuenta con una estricta regulación para garantizar la seguridad alimentaria, y reducir los riesgos asociados al uso de medicamentos veterinarios en la producción de alimentos.

En concreto, cita este especialista al Reglamento (UE) 2019/6, que establece normas claras sobre el uso de antibióticos en animales, con el objetivo de minimizar la resistencia antimicrobiana (RAM): “Este reglamento forma parte del Plan de Acción contra la Resistencia Antimicrobiana, que incluye medidas destinadas a reducir el uso innecesario de antibióticos, así como a promover prácticas ganaderas más responsables y sostenibles”.

En cuanto a los controles, este experto insiste en que se realizan inspecciones sistemáticas en mataderos y en granjas, donde se analizan muestras para detectar posibles residuos de hormonas, o bien de medicamentos veterinarios. “Además, el sistema de trazabilidad en la Unión Europea permite identificar el origen de los alimentos y retirar del mercado aquellos productos que no cumplan con la normativa vigente, protegiendo así la salud de los consumidores”, añade.

CUANDO LOS ALIMENTOS PROCEDEN DE FUERA DE LA UE

Respecto a los productos importados, el director de la Cátedra de Seguridad y Sostenibilidad Alimentaria de la Universidad de Murcia sostiene que la UE aplica controles muy estrictos para garantizar que los alimentos provenientes de países donde se permite el uso de hormonas o de antibióticos como promotores del crecimiento cumplan con los estándares europeos.

“Las autoridades sanitarias de cada país miembro verifican que estos productos respeten la normativa comunitaria, ofreciendo una garantía adicional sobre la calidad y seguridad de los alimentos que llegan al mercado europeo. Estas regulaciones y controles refuerzan la confianza del consumidor en los productos disponibles en la Unión Europea y contribuyen a la lucha global contra la resistencia antimicrobiana”, insiste Ros Berruezo.

¿POR QUÉ PERSISTE EL MITO DE LOS ANTIBIÓTICOS?

A pesar de las estrictas regulaciones y de la evidencia científica, este catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Murcia mantiene que hoy en día persiste el mito de que la carne y la leche contienen restos de hormonas y de antibióticos por varios factores.

En primer lugar, cita como primer 'culpable' al desconocimiento de la legislación vigente lleva a que muchas personas no sepan que en la Unión Europea está prohibido el uso de hormonas para estimular el crecimiento de los animales, y que los residuos de medicamentos veterinarios están estrictamente controlados.

Además, subraya que el miedo generalizado a los productos químicos genera desconfianza hacia los alimentos de origen animal, incluso cuando estos cumplen con los estándares de seguridad.

Por último, menciona Ros Berruezo que algunos intereses comerciales pueden fomentar este mito para promocionar productos supuestamente más naturales o ecológicos, creando confusión entre los consumidores.

“Es importante destacar que la carne y la leche producidas en la Unión Europea cumplen con los más altos estándares de calidad y de seguridad alimentaria. Las normativas estrictas, junto con controles oficiales regulares, garantizan que los residuos de hormonas y de antibióticos estén por debajo de los límites establecidos como seguros para la salud humana. Por lo tanto, los consumidores pueden confiar en que los alimentos de origen animal disponibles en el mercado son seguros, saludables, y adecuados para su consumo”, zanja este experto.