Claves de la alimentación complementaria, ¿cuándo pueden comer miel? ¿y verduras de hoja verde?

Archivo - Feeding. Baby's first solid food
Archivo - Feeding. Baby's first solid food - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / NATALIA DERIABINA
Publicado: jueves, 28 octubre 2021 8:14

   MADRID, 28 Oct. (EDIZIONES) -

   Siempre es un buen momento para informarse de la alimentación complementaria (AC), ese proceso de transición en el que poco a poco se van introduciendo los primeros alimentos, aparte de la leche materna o artificial, básica hasta el primer año de vida de los pequeños.

   Elisabeth González es nutricionista y licenciada en ciencia y tecnología de los alimentos y acaba de publicar 'Mamá slow' (Aguilar), una guía de nutrición para familias en todas las etapas de la maternidad, y a la que dedica un capítulo a esta materia.

   Así, es en torno a los 6 meses de edad cuando Elisabeth González señala que todas las asociaciones científicas y comités de expertos han puesto como punto de inicio para la AC, aunque realmente dice que la fecha idónea es "cuando el niño esté preparado". "Se entiende como AC aquella que ejerce de acompañamiento de la lactancia, tanto materna como artificial, de forma que lo primero que se debe ofrecer es la leche y después los alimentos que la complementen", aclara González.

   Remarca que los padres deben tener claro que es un proceso en el que el primer día el niño no empieza a comer todos los alimentos y toda la cantidad que les ponemos. Forma parte de un "proceso evolutivo" donde se van incorporando los alimentos poco a poco, y los menores van descubriendo qué les gusta más y qué menos, al tiempo que se permite a su cuerpo asimilar los nuevos nutrientes, porque no a todo el mundo nos sientan bien las mismas cosas, o nos gusta todo de igual manera.

   Eso sí, a la hora de ir ofreciendo ingredientes poco a poco a lo largo del día, la dietista aboga por que los padres deben intentar que estos sean alimentos que sumen: "Ya de por sí la leche materna es el alimento estrella, y la artificial prácticamente contempla todos los nutrientes necesarios para su desarrollo. Que sean, por tanto, alimentos que sumen y no que resten".

   En este sentido, indica que hay varios alimentos especialmente importantes como los ricos en hierro, especialmente indicados en los niños con lactancia materna, deficitaria en hierro (carne, un poco de pavo, pollo, huevo, pescado).

   Apunta igualmente a los alimentos ricos en energía, grasas saludables como frutos secos triturados, patata, calabaza, aguacate, o aceite de oliva, por ejemplo, y que nutricionalmente tienen calorías que los niños necesitan.

ALIMENTOS A EVITAR

   Eso sí, llama la atención sobre el consumo de determinados productos. En especial sobre las verduras de hoja verde, desaconsejadas durante el primer año-dos de vida por las instituciones sanitarias por su alto contenido en nitratos y nitritos. "Pero eso no significa que si un plato tiene poca cantidad de las mismas los niños no se la puedan comer. Esto es que no se les dé una ración como tal", agrega.

   Estos alimentos serían por ejemplo la acelga, la espinaca, la borraja, que señala que ella en consulta desaconseja en realidad hasta los tres años, incluso en menores que han presentado problemas gastrointestinales hasta más adelante, cuando se encuentran mejor.

   Otro de los alimentos sobre los que le preguntamos es el arroz, del que aún hoy en día se dice que no se debe dar a los menores por su alto contenido en arsénico. Elisabeth González subraya que no hay problema hoy en día en este sentido, pero en cambio sí desaconseja la bebida de vegetal de arroz por la concentración de arsénico que pudiera tener.

   También habla de la miel, un producto que no se recomienda hasta los 12 meses porque puede producir botulismo en los más pequeños. Y de igual forma que en las embarazadas, tampoco se aconseja el consumo de pescados grandes hasta el año de edad (pez espada, lucio, tiburón, por ejemplo), ni de mariscos, ni tampoco el chupar cabezas de gamba.

   Evitar añadir azúcar y sal a los alimentos es otro de los consejos de esta experta en nutrición y alimentos, porque considera que la AC representa "un momento crítico" para que los niños desarrollen sus preferencias ante determinados alimentos, así como un momento fundamental para que "puedan probar de verdad los alimentos y no los enmascaremos con azúcar o con sal", según apostilla.

LA IMPORTANCIA DE COMER TODOS EN FAMILIA

   Pero sin duda reconoce que lo que es realmente clave en la AC es el comer todos en familia porque los menores aprenden por imitación. Entonces también que los padres comamos de forma adecuada, proporcionada, y lo hagamos a la vez que ellos. "El objetivo principal es ayudar a nuestro hijo a lograr una relación con la comida sana, que es la que se llevará cuando sea adulto, que luego le permita ser independiente y saber elegir alimentos sanos. Para ello también es imprescindible dejar alimentos sanos sobre la mesa y que nos vean comerlos", defiende.

   La exigencia que muchos padres vuelcan en la mesa es otro de sus comentarios y sobre el que Elisabeth González cree que este debe representar un momento en el que el niño está rodeado, se siente querido, valioso, y puede expresar si tiene hambre o no.

MÉTODOS DE ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

   En última instancia, la nutricionista remarca que existen determinados métodos de alimentación complementaria, partiendo del tradicional, el de proporcionar a los bebés los alimentos triturados, tipo puré. Pero desde 2008 nació el Baby Led Weaning o BLW, por el que se le ofrecen a los pequeños que ellos mismos gestionen lo que van comiendo, con las propias manos, coman a trozos, al tratarse de una edad en la que son capaces de hacer la pinza y de tener interés por la comida.

   En 2015 surgió otro método, el método BliSS, que representaría la evolución del BLW, en el que se han detectado que pueden darse ciertas carencias nutricionales en el bebé, y este método nuevo refuerza esos alimentos que antes hemos mencionado como los más idóneos para la AC, por encima de otros.

   "Más importante que el método que elijamos, lo es que la familia coma bien, que centremos el foco en una alimentación saludable y que también observemos al bebé, si queremos un BLW fenomenal, pero si este está cansado, adaptarnos a las necesidades de nuestros hijos, y si aunque tenga seis meses intenta coger las cosas con la pinza de la mano y no lo consigue, cambiarle la textura y el interés por otros alimentos. Si los padres empezamos a cuidarnos nos ahorraremos mucho tiempo y enfados porque todo se convertirá en proceso natural. Si yo como bien mi hijo también comerá bien. Cuidar la alimentación ahorra tiempo, disgustos y enfermedades", sentencia la autora de 'Mamá Slow'.

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