MADRID, 14 Sep. (EDIZIONES) -
Una adecuada dieta y nutrición son fundamentales para un correcto funcionamiento del sistema inmunológico porque sus células tienen unos requerimientos de nutrientes para poder desarrollar sus funciones.
De hecho, una ingesta proteica suficiente es necesaria para una correcta producción de anticuerpos; si bien, a día de hoy no es fácil precisar ni garantizar cuál es la ingesta adecuada, porque esta depende de la situación fisiológica de la persona, del estilo de vida de cada uno, pero también de la genética; que a su vez pueden verse afectados por factores como los distintos nutrientes que se ingieren, o de otros factores como los medicamentos.
Una malnutrición, tanto por exceso como por defecto, puede ser causante de numerosas enfermedades, tal y como demuestran numerosos estudios científicos y avalan entidades como el MIT o la OMS.
Así lo defienden entre otros puntos las científicas del Grupo de Inmunonutrición en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) del CSIC en el libro 'Inmunonutrición' (Catarata-CSIC), Ascensión Marcos, Esther Nova Rebato, Sonia Gómez Martínez, y Ligia Esperanza Díaz Prieto.
MÁS FIBRA A DIARIO, IMPRESCINDIBLE
Charlamos en Infosalus con Ascensión Marcos, la fundadora del grupo, quien insiste en este sentido en la importancia de ingerir más fibra a diario de la que tomamos para cuidar de nuestro sistema inmunológico.
"Hay que consumir a diario alimentos con mucha cantidad de fibra como la fruta, la verdura, las legumbres, y los cereales integrales sobre todo, echar mano de ello todos los días y no es que tengamos que ser vegetarianos. También hay que comer pescado, así como carne, aunque ésta no en exceso", detalla.
Aquí precisa esta científica del CSIC que se puede tomar la carne roja una vez a la semana o cada diez días; o bien consumir los embutidos, pero también con muchísima menos menos frecuencia que el resto de grupos de alimentos. Sobre la carne blanca (pollo, pavo, o conejo) dice que se puede consumir de dos a tres días a la semana.
LA HIDRATACIÓN ES BÁSICA
"También es importante hidratarse con dos litros o litro y medio al día, depende de si se toman zumos o leche, ambas bebidas con una alta cantidad de agua", matiza, dado que, y según argumentan en el libro, el agua es el componente más abundante del organismo.
El agua sería la bebida de elección "sin duda", en opinión de estas científicas del CSIC, recordando que son muchos los alimentos que participan en su ingesta total, como por ejemplo las frutas y otros vegetales frescos.
"La ingesta hídrica está involucrada en la salud intestinal al participar en el equilibrio homeostático, en el mantenimiento de los ritmos circadianos que afectan a los procesos intestinales e involucran a la microbiota, y en la regulación de la permeabilidad intestinal", detallan.
UN YOGUR AL DÍA SIEMPRE
En la alimentación son muy importantes los yogures, que son probióticos, tal y como prosigue Marcos, y ve interesante ingerir, al menos, uno al día: "Si completamos esa ingesta de prebióticos a través de la fibra, con los probióticos como el yogur, construimos una buena microbiota que también ayudará a defendernos. Todo ello participa con el cuidado del sistema inmunológico".
Eso sí, pide diferenciarlos de los 'postres lácteos' y pone el ejemplo del 'yogur' que todo el mundo piensa que es de chocolate pero no es yogur. "Tiene que poner en la etiqueta que es yogur propiamente y además por ley debe especificarlo. En los demás productos pondrá 'postre lácteo'. Lo importante es que lleven las bacterias", subraya.
Es por ello por lo que se desmarca totalmente de escoger cuatro o cinco productos buenos para cuidar de nuestras defensas, haciendo hincapié en la necesidad de mantener una alimentación variada, y hablando de grupos de alimentos (macronutrientes, micronutrientes, etc)
"Debe haber una variación en fruta, en verdura, y en cereales a poder ser integrales; todos ellos alimentos con fibra. Normalmente tomamos unos 15 gramos al día de fibra cuando deberíamos entre 25 y 30; tomamos la mitad. Si a esto le unes la grasa animal que ingerimos, ahí está el sobrepeso y la obesidad porque nuestra dieta mediterránea la tenemos medio olvidada y se ha occidentalizado mucho", lamenta esta especialista e investigadora del CSIC.
Otro apunte importante que realizan en el libro es que los zumos naturales de fruta contribuyen a la ingesta de micronutrientes, si bien en su proceso de extracción se pierde gran parte de su fibra y los beneficios de esta en el proceso digestivo.
"Los caldos, infusiones, leche, bebidas fermentadas y bebidas vegetales aportan cantidades moderadas de nutrientes y de compuestos interesantes, como polifenoles, minerales y vitaminas", añaden estas especialistas del Grupo de Inmunonutrición en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) del CSIC.