MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
Cuando los pacientes diabéticos comen fuera de casa es "importante" elegir los platos con menos ingredientes para conocer mejor los nutrientes y, durante el aperitivo, se deben evitar los fritos rebozados o empanados y optar por frutos secos crudos, gambas, mejillones o berberechos entre otros, ha destacado la doctora Mamen Palomo, nutricionista y experta en educación terapéutica de HM Hospitales (Madrid).
En el caso de estos pacientes lo más recomendable es consumir los alimentos más saludables como ensaladas, aderezos naturales o guarniciones vegetales. Asimismo, se aconseja elegir una comida equilibrada y variada que contenga proteínas, grasas y carbohidratos. Así, es importante que estos consejos los interiorice tanto el paciente como su entorno.
Por otra parte, también es "fundamental" la educación diabetológica, con el objetivo de que los afectados aprendan a conocer las cantidades que debe consumir de cada alimento y cuándo debe hacerlo. Esto se tiene que aplicar también a los restaurantes, que cada vez informan más sobre la composición de los alimentos.
En caso de que exista un tratamiento determinado, lo principal es seguir las normas nutricionales establecidas por el doctor y medir los niveles de glucosa tras cada comida.
De este modo, la Fundación para la Diabetes ha aconsejado que es "importante" conocer los alimentos, su composición y su efecto en los niveles de glucosa; revisar el menú; evitar las bebidas azucaradas; obviar el alcohol o consumirlo de manera moderada; en el caso de ingerir pasta que sea integral; pedir ensaladas sin salsas; tomar postres sin grasa o azúcar, y llevar siempre encima hidratos de carbono de absorción rápida por si la comida se retrasa.
"Desde la Fundación para la Diabetes queremos ayudar a las personas con diabetes a saber elegir la mejor opción cuando las personas comen fuera de casa, hecho de lo que no es necesario renunciar cuando se tiene diabetes, tan solo es necesario seguir unas pautas marcadas por el profesional de la salud", ha concluido Ana Mateo, gerente de la Fundación para la Diabetes.