LEÓN, 25 May. (EUROPA PRESS) -
El estudio 'Influencia de la ingesta de cerveza sobre la fisiología gastroesofágica y síntomas digestivos postprandiales', que se ha presentado este jueves en el Colegio de Médicos de León, concluye que el consumo moderado de cerveza por adultos sanos no se relaciona con un aumento de reflujos gaseosos ni eructos.
El estudio ha estado dirigido por el doctor Enrique Rey Díaz-Rubio, Jefe del Servicio del aparato digestivo del Hospital Clínico San Carlos (Madrid).
De esta forma, la investigación cuestiona el mito que asocia el consumo moderado de cerveza con la generación de gases y molestias digestivas. La investigación ha analizado a un grupo de adultos sanos mayores de 18 años de edad, sin síntomas digestivos frecuentes ni enfermedad por reflujo gastroesofágico conocida.
El objetivo principal fue evaluar si el consumo moderado de cerveza se asocia con la generación de síntomas digestivos altos como, acidez, regurgitación y saciedad precoz, en el período posterior a las comidas.
El doctor Enrique Rey ha afirmado que a la luz de los resultados del estudio, en una situación real, "la cerveza no parece promover los síntomas dispépticos, aquellos que provocan una digestión pesada, y de reflujo cuando es consumida de forma moderada, es decir, entre dos y tres cañas al día para los hombres y entre una y dos para las mujeres".
El estudio afirma, además, que el consumo moderado de cerveza no provocaría un aumento de trastornos gastrointestinales o de sensibilidad gástrica que alteren la digestión.
De acuerdo con los resultados presentados, la cerveza no parece modificar el reflujo gaseoso como podría sugerir al tratarse de una bebida carbónica, procedente de la fermentación natural de sus ingredientes. Además, no alteraría la acomodación gástrica después de las comidas y no provocaría un aumento significativo de síntomas digestivos que puedan producir molestias o digestiones más pesadas de lo normal.
Este estudio evidencia que no existen diferencias entre el consumo de cerveza tradicional y sin alcohol.
También en relación al sistema digestivo, el consumo moderado de cerveza podría reducir el riesgo de infecciones producidas por el H. pylori, según el estudio 'Inverse relationship between alcohol consumption and active Helicobacter pylori infection'. De esta manera, el consumo moderado de esta bebida hace que el estómago incremente la secreción de ácidos gástricos teniendo efecto protector frente a la infección por H. Pylori, implicado en la úlcera gastroduodenal y, según la OMS, agente cancerígeno.
Asimismo, existen otros estudios sobre la composición de la microbiota intestinal que sugieren que ésta se modula gracias a los polifenoles, como los contenidos en la cerveza, mediante la inhibición de bacterias patógenas y por la estimulación de una microbiota beneficiosa.
Una de las principales funciones de los polifenoles es la función reguladora que ejercen sobre la microbiota intestinal, pudiendo beneficiar el crecimiento de algunas bacterias beneficiosas e impidiendo la proliferación de otras perjudiciales.