MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
La dieta cetogénica o 'keto', que consiste en consumir cantidades muy bajas de hidratos de carbono y cantidades elevadas de grasas, ha ido ganando popularidad e incluso se ha relacionado con una potenciación del sistema inmune en estudios recientes.
Los hidratos de carbono son la primera fuente de combustible a la que recurre el organismo para obtener energía para la vida diaria. Las dietas bajas en carbohidratos y ricas en grasas, como la dieta ceto, restringen el consumo de carbohidratos (por ejemplo, pan, pasta, arroz y otros cereales, productos horneados, productos de patata como patatas fritas y patatas fritas, y frutas y verduras ricas en carbohidratos).
Al privar al cuerpo de hidratos de carbono, este se ve obligado a empezar a descomponer la grasa para obtener energía. La descomposición de la grasa en el hígado produce cetonas, sustancias químicas que el cuerpo utiliza como energía en ausencia de hidratos de carbono; de ahí el nombre de cetogénica, o "productora de cetonas". Los defensores de una dieta cetogénica suelen sugerir limitar los carbohidratos al 10 por ciento del total de calorías diarias, las proteínas entre el 20 y el 30 por ciento y obtener entre el 60 y el 80 por ciento de las calorías diarias de las grasas.
Sin embargo, un nuevo estudio presentado en la Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología, junto con el Congreso Mundial de Cardiología, sugiere que una dieta cetogénica puede estar asociada a niveles más altos de colesterol 'malo' en sangre y a un riesgo dos veces mayor de sufrir episodios cardiovasculares como dolor torácico (angina de pecho), obstrucción de las arterias que requiera la colocación de un stent, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
"Nuestro estudio ha revelado que el consumo habitual de una dieta baja en hidratos de carbono y rica en grasas se asocia a un aumento de los niveles de colesterol LDL (o colesterol 'malo') y a un mayor riesgo de cardiopatía", afirma la autora del estudio, Iulia Iatan, del Centro de Innovación Cardiopulmonar de la Universidad de Columbia Británica, en Vancouver (Canadá). "Por lo que sabemos, nuestro estudio es uno de los primeros en examinar la asociación entre este tipo de patrón dietético y los resultados cardiovasculares", añade.
UN VÍNCULO NO ESTUDIADO HASTA AHORA
Algunos estudios previos han demostrado que una dieta baja en hidratos puede provocar niveles elevados de colesterol LDL en algunas personas. Aunque el colesterol LDL elevado es un factor de riesgo conocido de cardiopatía (causada por la aterosclerosis, una acumulación de colesterol en las arterias coronarias), los efectos de este tipo de alimentación sobre el riesgo de cardiopatía y accidente cerebrovascular no se han estudiado bien hasta ahora.
Para este estudio, Iatan y sus colegas definieron la dieta cetogénica como aquella que no contiene más del 25 por ciento de la energía o calorías diarias totales procedentes de los carbohidratos y más del 45 por ciento de las calorías diarias totales procedentes de las grasas. Definieron como "dieta estándar" la de los individuos que no cumplían estos criterios y tenían unos hábitos alimentarios más equilibrados.
El equipo de investigación analizó los datos del Biobanco del Reino Unido, una base de datos prospectiva a gran escala con información sanitaria de más de medio millón de personas residentes en el Reino Unido a las que se realizó un seguimiento durante al menos 10 años.
Al inscribirse en el biobanco, 70.684 participantes rellenaron una única vez un cuestionario dietético autodeclarado de 24 horas y, al mismo tiempo, se les extrajo sangre para comprobar sus niveles de colesterol. Los investigadores identificaron a 305 participantes cuyas respuestas al cuestionario indicaban que su dieta durante el periodo de 24 horas cumplía la definición de cetogénica del estudio.
Estos participantes fueron emparejados por edad y sexo con 1.220 individuos que declararon seguir una dieta estándar. El 73 por ciento de los participantes de cada grupo eran mujeres y la edad media del grupo era de 54 años. El índice de masa corporal (IMC) medio de los que seguían una dieta cetogénica era de 27,7; el de los que seguían una dieta estándar, de 26,7. Un IMC de 25 a 30 entra dentro del rango de sobrepeso.
En comparación con los participantes que seguían una dieta estándar, los que seguían una dieta 'keto' tenían niveles significativamente más altos de colesterol LDL y apolipoproteína B (apoB), el componente proteico que se encuentra en las LDL y otras partículas de lipoproteínas aterogénicas.
Según Iatan, estudios anteriores han demostrado que la apoB elevada puede predecir mejor el riesgo de enfermedad cardiovascular que el colesterol LDL elevado. Tras una media de 11,8 años de seguimiento --y una vez ajustados otros factores de riesgo de cardiopatía, como la diabetes, la hipertensión, la obesidad y el tabaquismo--, las personas que seguían una dieta baja en hidratos presentaban un riesgo más de dos veces superior de sufrir varios episodios cardiovasculares graves, como obstrucciones en las arterias que debían abrirse con endoprótesis, infarto de miocardio, ictus y arteriopatía periférica. En total, el 9,8 por ciento de los participantes en una dieta 'keto' experimentaron un nuevo evento cardíaco, en comparación con el 4,3 por ciento de los de una dieta estándar, lo que supone una duplicación del riesgo.
"Entre los participantes en una dieta cetogénica, encontramos que aquellos con los niveles más altos de colesterol LDL tenían el mayor riesgo de un evento cardiovascular", ha afirmado Iatan. "Nuestros resultados sugieren que las personas que están considerando seguir una dieta de este tipo deben ser conscientes de que hacerlo podría conducir a un aumento de sus niveles de colesterol LDL. Antes de iniciar esta pauta dietética, deben consultar a un médico", aconseja. Así, mientras sigan la dieta, se recomienda que controlen sus niveles de colesterol y que traten de abordar otros factores de riesgo de cardiopatía o ictus, como la diabetes, la hipertensión, la inactividad física y el tabaquismo."
Los resultados del estudio también sugieren que no todo el mundo responde de la misma manera a una dieta cetogénica. "En promedio, los niveles de colesterol tienden a aumentar con esta dieta, pero las concentraciones de colesterol de algunas personas pueden permanecer igual o bajar, dependiendo de varios factores subyacentes", afirma Iatan. "Existen diferencias interindividuales en la respuesta de las personas a este patrón dietético que aún no comprendemos del todo", comenta la autora, para adelantar que uno de sus próximos pasos será intentar identificar características específicas o marcadores genéticos que puedan predecir cómo responderá alguien a este tipo de dieta.