MADRID, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -
La gripe es una enfermedad infecciosa aguda de las vías respiratorias causada por un virus, y entre sus características más importantes está su elevada capacidad de transmisión de una persona a otra, según lo define el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Asimismo, se presenta generalmente en invierno y de una forma epidémica, es decir, que cada año hay que enfrentarse a una temporada en la que puede producirse una gran actividad y circulación del virus de la gripe (predominantemente en los meses de noviembre a marzo).
En España hay 290,4 casos de gripe por 100.000 habitantes, según muestran los últimos datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica del Instituto de Salud Carlos III.
Respecto al tratamiento, este es sintomático mediante analgésicos y antitérmicos, pero se pueden aliviar los síntomas y mejorar la recuperación con unos consejos alimentarios, según argumentan desde la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
Pero, durante la fase de enfermedad, e incluso unos días después, se puede no tener hambre y reducir la ingesta. Aunque ésta se recuperará de manera progresiva, conviene seguir una dieta con abundantes líquidos que además de restituir el que se pierde en el sudor, permite expulsar más fácilmente las mucosidades que se producen durante la enfermedad.
Por ello, el Coordinador del Grupo de Trabajo de Nutrición SEMERGEN, José Manuel Fernández García, recomienda seguir estos 5 consejos alimenticios para tener una recuperación más temprana:
1. Incrementar el consumo de líquidos a 1.5 o 2 litros diarios siempre que no exista contraindicación de sobrecarga como puede suceder en ciertas enfermedades cardiacas o renales.
En concreto, esta ingesta incluye en forma líquida no sólo el agua, sino purés, sopas, caldos, consomés, zumos o infusiones que apetecen más en situaciones febriles y pueden espaciarse en pequeñas ingestas a lo largo del día. De esta manera se repone el líquido, las sales y los minerales que se pierden por el sudor.
2. Consumir alimentos ricos en vitamina C por su poder antioxidante e inmunoestimulante. Esta vitamina abunda en los cítricos (naranja, limón, kiwi) y en las verduras de hoja ancha y verde como espinacas o acelgas. Su posibilidad de cocinarlas en cremas o purés, o de hacer zumos con las frutas señaladas, los convierten en la primera opción alimentaria.
3. Consumir alimentos ricos en vitamina B por refuerzo sobre el sistema inmune. Son alimentos ricos en esta vitamina los cereales integrales, las legumbres, las verduras y también ciertas carnes como la de ternera.
4. Consumir alimentos ricos en zinc, presente en huevos, hortalizas y verduras (apio, berenjenas o espárragos) principalmente.
5. En casos en que no exista diarrea asociada, ni contraindicaciones como en la intolerancia o alergia a lactosa, o en diabetes, es aceptable acompañar los antitérmicos con un vaso caliente de leche con miel. La miel contiene vitaminas y minerales muy recomendables, al mismo tiempo que mejora el sabor de la leche facilitando su ingesta.