MADRID 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
Beber té negro todos los días puede ayudar a mitigar el riesgo de diabetes tipo 2 y la progresión en adultos a través de un mejor control de azúcar en la sangre, sugiere una nueva investigación en la Reunión Anual de este año de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD).
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Adelaida (Australia) y la Universidad del Sureste (China), descubrió que, en comparación con los que nunca bebían té, los consumidores diarios de té negro tenían un 53% menos de riesgo de prediabetes y un 47% menos de riesgo de diabetes de tipo 2, incluso después de tener en cuenta los factores de riesgo establecidos que se sabe que influyen en el riesgo de diabetes, como la edad, el sexo, el origen étnico, el índice de masa corporal (IMC), la presión arterial media, la glucosa plasmática en ayunas, el colesterol, el consumo de alcohol, el tabaquismo, los antecedentes familiares de diabetes y el ejercicio regular.
"En varios estudios realizados en los últimos años se han señalado los importantes beneficios del té para la salud, como la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes de tipo 2, pero no se han aclarado los mecanismos que subyacen a estos beneficios", señala el coautor principal del estudio, el profesor asociado Tongzhi Wu, de la Universidad de Adelaida y becario de media carrera del Grupo de la Fundación de Investigación Hospitalaria.
"Nuestros resultados apuntan a los efectos protectores del consumo habitual de té en la gestión de la glucemia a través de una mayor excreción de glucosa en la orina, una mejora de la resistencia a la insulina y, por tanto, un mejor control de la glucemia --añade--. Estos beneficios fueron más pronunciados entre los bebedores diarios de té negro".
Estos efectos beneficiosos sobre el control metabólico pueden residir en la forma única en que se produce el té negro, que implica la fermentación microbiana, un proceso que puede producir compuestos bioactivos únicos (incluidos alcaloides, aminoácidos libres, polifenoles, polisacáridos y sus derivados) para exhibir potentes efectos antioxidantes y antiinflamatorios, mejorar tanto la sensibilidad a la insulina como el rendimiento de las células beta del páncreas y cambiar la composición de las bacterias del intestino.
En el último estudio transversal participaron 1.923 adultos (562 hombres y 1.361 mujeres de entre 20 y 80 años) que vivían en la comunidad en 8 provincias de China. En total, 436 participantes vivían con diabetes y 352 con prediabetes, y 1.135 tenían niveles normales de glucosa en sangre.
Entre los participantes había tanto bebedores de té no habituales como aquellos con un historial de consumo de un solo tipo de té. Se les preguntó por la frecuencia (es decir, nunca, ocasionalmente, a menudo y todos los días) y el tipo (es decir, té verde, negro u otro) de consumo de té.
Los investigadores examinaron la relación entre la frecuencia y el tipo de consumo de té y la excreción de glucosa en la orina (evaluada mediante el cociente glucosa-creatina [UGCR] en orina matinal), la resistencia a la insulina (medida mediante el índice de triglicéridos y glucosa [TyG] derivado de los niveles de glucosa plasmática en ayunas y triglicéridos en ayunas) y el estado glucémico (definido como antecedentes de diabetes de tipo 2, uso actual de medicación antidiabética o una prueba de tolerancia oral a la glucosa de 75 g anormal).
Las personas con diabetes suelen tener una mayor capacidad de reabsorción renal de glucosa, por lo que sus riñones recuperan más glucosa, impidiendo que se elimine por la orina, lo que contribuye al aumento de la glucemia.
Tras tener en cuenta las diferencias de edad, sexo y factores clínicos y de estilo de vida, el análisis descubrió que beber té todos los días se asociaba a un aumento de la excreción urinaria de glucosa (UGCR en 0,11 mmol/mmol) y a una reducción de la resistencia a la insulina (TyG en -0,23), así como a una disminución del 15% del riesgo de prediabetes y del 28% del riesgo de diabetes de tipo 2, en comparación con quienes nunca bebían té.
Estos efectos favorables para la salud fueron más contundentes en el caso de los bebedores de té negro, ya que el consumo de té negro se asoció a un aumento de la UGCR en 0,16 mmol/mmol y a una reducción de la TyG en 0,31.
Según el profesor Wu, "estos resultados sugieren que las acciones de los compuestos bioactivos del té negro pueden modular directa o indirectamente la excreción de glucosa en los riñones, un efecto que, hasta cierto punto, imita el de los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa-2 (SGLT2), una nueva clase de fármacos antidiabéticos que no sólo es eficaz para prevenir y tratar la diabetes de tipo 2, sino que también tiene efectos protectores sustanciales sobre el corazón y los riñones".
El profesor Zilin Sun, coautor del estudio y profesor de la Universidad del Sureste, añade que estos resultados sugieren que "beber té negro a diario puede reducir el riesgo de diabetes de tipo 2 y su progresión gracias a un mejor control de la glucemia. Si se observan todos los biomarcadores asociados al consumo habitual de té negro, se ve que el riesgo de diabetes tipo 2 disminuye", destaca.
A pesar de los prometedores resultados, los autores advierten de que, como ocurre con cualquier estudio observacional, los resultados no pueden demostrar que beber té todos los días mejore el control de la glucemia al aumentar la excreción urinaria de glucosa y reducir la resistencia a la insulina, pero sugieren que es probable que contribuyan.
Actualmente están llevando a cabo un ensayo aleatorizado a doble ciego para investigar los beneficios del té negro en el control de la glucemia en personas con diabetes de tipo 2, con el fin de validar sus hallazgos. Además, no pueden descartar la posibilidad de que otros factores fisiológicos y de estilo de vida puedan haber influido en los resultados.