Día Mundial del Queso: 4 claves para reconocer cuándo es bueno (y cuándo es realmente queso)

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Archivo - Quesos. - MARIAMARMAR/ISTOCK - Archivo
Publicado: miércoles, 27 marzo 2024 8:30

   MADRID, 27 Mar. (EDIZIONES) -

   El queso es un producto saludable, sí, aunque puede tener exceso de sal y hay que tomarlo en las cantidades adecuadas para no aportar un exceso sodio, pero sí es un lácteo que, para identificar los de mejor calidad, deberían únicamente llevar: leche, cuajo, fermentos lácticos y sal.

   Así lo explica en una entrevista con Europa Press Salud Infosalus la dietista-nutricionista Andrea Sorinas, especializada en obesidad, nutrición clínica y patologías digestivas, que acaba de publicar 'El libro que la industria alimentaria no quiere que leas' (Libros Cúpula), y quien defiende que un buen queso es un alimento mínimamente procesado que sólo debe llevar estos 4 ingredientes antes citados.

   El problema, en su opinión, es que hoy en día se han hecho sucedáneos de queso y productos que no son ni realmente queso, aunque se vendan en esa sección de los supermercados. "Se trata de productos basados en grasas vegetales refinadas, sales fundentes, como muchos productos que son para fundir, y que en el paquete de hecho, por ley, no les dejan que ponga queso, y es que no son queso", advierte esta experta en nutrición.

   Dice en el libro que en la portada los fabricantes "juegan con la imagen del producto" y reemplazan la palabra 'queso' por descripciones del tipo 'para gratinar', 'tranchetes', 'sándwich', entre otras denominaciones. "Su composición dista mucho de lo que debería ser un queso porque, en realidad, son un producto ultraprocesado", avisa esta autora.

   De hecho, lamenta que en muchas ocasiones contienen grasas vegetales refinadas, o antiapelmazantes (almidón o fécula de patata, un aditivo "muy poco interesante"), y sales fundentes o sales de fundido como hemos contado.

   Cita Andrea Sorinas directamente también a los quesos rallados, que sí llevan queso, tal y como afirma, si bien precisa que "también contienen otros aditivos en bastante proporción, como mantequilla o almidones".

EL QUESO QUE SÍ HAY QUE COMPRAR

   A su juicio, la grasa de los lácteos "no es tan mala", no está asociada con obesidad ni con enfermedad cardiovascular, según asegura, aunque remarca que siempre "hay que pensar cómo es el resto de nuestra alimentación, y la cantidad que tomamos sobre ese producto", en este caso el queso.

   Con todo ello, esta dietista-nutricionista remarca que las claves para diferenciar un buen queso son:

   En sus ingredientes sólo figuren estos 4: leche, cuajo, fermentos lácticos, y como mucho sal.

   Dice que puede llevar cloruro cálcico.

   Que en el envoltorio figure la palabra queso.

   "Acabas antes rallando una cuña de parmesano o de semicurado, o comprando aquellos que se funden de forma natural como el brie, el cheddar, o la mozzarella", subraya la creadora del proyecto 'Con Coco Nut' basado en educación nutricional. En definitiva, recuerda la importancia de fijarse en los ingredientes siempre, ya que en líneas generales, "no podemos categorizar si un alimento es buen alimento o no sin leer los ingredientes".