MADRID, 11 May. (EUROPA PRESS) -
Complementar la dieta mediterránea con aceite de oliva virgen rico en antioxidantes o frutos secos se asocia con una mejor función cognitiva en un estudio sobre adultos mayores en España, pero los autores advierten que se necesita más investigación, según un artículo publicado en la edición digital de la revista 'JAMA Internal Medicine'.
Nuevas evidencias sugieren vínculos entre los hábitos alimentarios y el rendimiento cognitivo. Se ha considerado que el estrés oxidativo (incapacidad del cuerpo para desintoxicarse adecuadamente) juega un papel importante en el deterioro cognitivo.
Investigaciones anteriores sugieren que seguir una dieta mediterránea puede estar relacionado con una mejor función cognitiva y un menor riesgo de demencia. Sin embargo, los estudios observacionales que han examinado estas asociaciones tienen limitaciones, de acuerdo con el fondo de este nuevo trabajo.
El doctor Emilio Ros, del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi Sunyer, el Hospital Clínic de Barcelona, y el Centro de Investigación Biomédica en Red- Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn), el Instituto de Salud Carlos III de Madrid, y coautores compararon una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva o frutos secos con una dieta control baja en grasas.
El ensayo clínico aleatorizado incluyó a 447 voluntarios cognitivamente sanos (223 eran mujeres y la edad promedio fue de casi 67 años) que presentaban alto riesgo cardiovascular y se inscribieron en intervención nutricional 'Prevención con Dieta Mediterránea'.
De los participantes, se asignó a 155 individuos a llevar una dieta mediterránea con un litro de aceite de oliva virgen extra por semana; 147 fueron asignados a una dieta mediterránea con 30 gramos por día de una mezcla de nueces, avellanas y almendras; y 145 individuos fueron asignados a seguir una dieta control baja en grasas.
DIETA MEDITERRÁNEA Y FUNCIONES COGNITIVAS
Los autores midieron el cambio cognitivo a lo largo del tiempo con una batería de pruebas neuropsicológicas y construyeron tres elementos cognitivos de la memoria y la cognición frontal (atención y función ejecutiva) y global. Después de una mediana de cuatro años de intervención, estaban disponibles pruebas de seguimiento de 334 participantes.
Al final del estudio, hubo 37 casos de deterioro cognitivo leve: 17 (13,4 por ciento) en la dieta mediterránea con aceite de oliva; ocho (7,1 por ciento) en la dieta mediterránea suplementada con frutos secos y 12 (12,6 por ciento) en el grupo control de dieta baja en grasa. No se documentaron casos de demencia en pacientes que completaron el estudio de seguimiento.
El análisis encontró que las personas asignadas a la dieta de control baja en grasa tuvieron una disminución significativa del valor inicial en todos los elementos de la función cognitiva. En comparación con el grupo control, la memoria mejoró significativamente en la dieta mediterránea con frutos secos mientras que la cognición frontal y global mejoró con la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva.
Los autores subrayan que los cambios en los dos grupos de estudio de la dieta mediterránea en cada elemento analizado se parecían más entre sí que al comparar los grupos de la dieta mediterránea individuales con el grupo de control de la dieta baja en grasas.
"Nuestros resultados sugieren que en una población de más edad una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva o frutos secos puede contrarrestar el deterioro cognitivo relacionado con la edad. La falta de tratamientos efectivos para el declive cognitivo y la demencia señala la necesidad de estrategias preventivas para retrasar la aparición y/o minimizar los efectos de estos trastornos devastadores. Estos resultados con la dieta mediterránea son alentadores, pero hace falta una mayor investigación", concluye el estudio.