MADRID, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una dieta occidental típica, rica en grasas, puede aumentar el riesgo de padecer trastornos dolorosos comunes en personas con afecciones como la diabetes o la obesidad, según un innovador estudio liderado por el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio (Estados Unidos).
Además, los cambios en la dieta pueden reducir significativamente o incluso revertir el dolor de las condiciones que causan el dolor inflamatorio (como la artritis, el trauma o la cirugía) o el dolor neuropático, como la diabetes. Este novedoso hallazgo, publicado en la revista 'Nature Metabolism', podría ayudar a tratar a los pacientes con dolor crónico simplemente modificando la dieta o desarrollando fármacos que bloqueen la liberación de ciertos ácidos grasos en el organismo.
El dolor crónico es una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo. Sin embargo, aunque a menudo se aconseja la reducción de grasas para controlar la diabetes, los trastornos autoinmunes y las enfermedades cardiovasculares, el papel de los lípidos dietéticos, o ácidos grasos, en las condiciones de dolor ha sido relativamente desconocido.
El trabajo, que ha durado más de cinco años, ha utilizado múltiples métodos, tanto en ratones como en humanos, para estudiar el papel de los ácidos grasos poliinsaturados en los trastornos del dolor. Así, descubrieron que las dietas occidentales típicas con alto contenido en grasas poliinsaturadas omega-6 constituían un importante factor de riesgo tanto para el dolor inflamatorio como para el neuropático.
Las grasas omega-6, que se encuentran principalmente en alimentos con aceites vegetales, tienen sus beneficios. Pero las dietas occidentales asociadas a la obesidad se caracterizan por niveles mucho más altos de esos ácidos en alimentos que van desde las patatas fritas de maíz hasta los aros de cebolla, que las grasas omega-3 saludables, que se encuentran en el pescado y en fuentes como la linaza y las nueces.
En general, los alimentos poco saludables con alto contenido en grasas omega-6 incluyen los aperitivos procesados, la comida rápida, los pasteles y las carnes grasas y curadas, entre otros.
Los investigadores evidenciaron que la reversión de esta dieta, especialmente mediante la reducción de los omega-6 y el aumento de los lípidos omega-3, redujo en gran medida estas condiciones de dolor. Además, los autores demostraron que los niveles de lípidos omega-6 en la piel de los pacientes con dolor neuropático diabético de tipo 2 estaban fuertemente asociados a los niveles de dolor declarados y a la necesidad de tomar fármacos analgésicos.