Esclerosis lateral amiotrófica, beneficios del consumo de ácidos grasos Omega-3

Archivo - Healthy food clean eating selection
Archivo - Healthy food clean eating selection - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / LISOVSKAYA NATALIA
Publicado: jueves, 22 junio 2023 8:08

MADRID 22 Jun. (EUROPA PRESS) -

Las personas con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que consumen más alimentos ricos en ciertos ácidos grasos omega-3, como el aceite de linaza, las nueces, el aceite de canola y las semillas de calabaza, pueden experimentar un deterioro físico más lento de la enfermedad y tener una supervivencia ligeramente mayor.

El estudio, publicado en la edición en línea de 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología, analizó la supervivencia de personas con ELA en el transcurso de 18 meses y descubrieron que un ácido graso omega-6 podría ser beneficioso. No obstante advierten de que ello no prueba que estos ácidos grasos omega ralenticen el deterioro de la ELA o prolonguen la supervivencia, sólo muestra una asociación.

La ELA es una enfermedad neurodegenerativa rara y progresiva que afecta a las células nerviosas del cerebro y la médula espinal. Los enfermos de ELA pierden la capacidad de iniciar y controlar el movimiento muscular, lo que a menudo conduce a la parálisis total y la muerte. La esperanza media de vida tras el diagnóstico es de dos a cinco años.

"El vínculo hallado en nuestro estudio entre la dieta y la ELA es intrigante y sugiere, aunque no prueba, que los enfermos de ELA podrían beneficiarse de incorporar más ácidos grasos omega-3 a su dieta", afirma doctor Kjetil Bjornevik, de la Universidad de Harvard en Boston (Estados Unidos) y miembro de la Academia Americana de Neurología.

"Ahora será importante llevar a cabo investigaciones adicionales que analicen específicamente el ácido graso omega-3 de origen vegetal ácido alfa-linolénico en personas con ELA para explorar más a fondo esta posibilidad", añade.

En el estudio participaron 449 personas que padecían ELA con una edad media de 58 años, a las que se hizo un seguimiento durante 18 meses. Del total de participantes, 126 (el 28%) fallecieron al final del estudio.

Los investigadores analizaron los niveles de ácidos grasos omega-3 en la sangre de los participantes. Los dividieron en cuatro grupos, de menor a mayor cantidad.

Los participantes realizaron una prueba para evaluar la progresión de la enfermedad y la gravedad de los síntomas. La prueba medía 12 aspectos de la función física, como la deglución, el habla, la masticación y la capacidad de utilizar los músculos de las manos, los brazos, las piernas y el torso, así como la función respiratoria.

Cada categoría se puntuaba de cero, es decir, ninguna capacidad, a cuatro, es decir, capacidad normal. Las puntuaciones totales oscilaban entre cero y 48, indicando las puntuaciones más altas una mejor función y síntomas menos graves.

Los investigadores descubrieron que un ácido graso omega-3 llamado ácido alfa-linolénico era el más beneficioso. Este ácido se encuentra en muchas semillas y aceites, como la linaza, las nueces, la chía, el cáñamo y muchos aceites vegetales comunes.

Las personas con la mayor cantidad de ácido alfa-linolénico tenían una puntuación media de 38,3 al inicio del estudio, mientras que las personas con la menor cantidad tenían una puntuación media de 37,6.

Un menor número de personas del grupo con mayor cantidad de ácido alfa-linolénico falleció durante el estudio, con 21 muertes, o el 19%, en comparación con las personas del grupo más bajo, con 37 muertes o el 33%.

Tras ajustar por edad, sexo y etnia, las personas con las mayores cantidades de ácido alfa-linolénico tuvieron un 50% menos de riesgo de muerte durante el estudio en comparación con las personas con la cantidad más baja.

Los niveles más altos de un ácido graso omega-3 específico llamado ácido eicosapentaenoico, que se encuentra en los pescados grasos y en los suplementos de aceite de pescado, también se asociaron a un menor riesgo de muerte durante el estudio.

Además, los investigadores descubrieron que un ácido graso omega-6 llamado ácido linoleico, que se encuentra en aceites vegetales, frutos secos, carnes, semillas y huevos, se asoció a un menor riesgo de muerte durante el estudio.

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